Comer y cenar a altas horas forma parte de la idiosincrasia española. Esta tradición corresponde a nuestro ritmo de vida, con jornadas que finalizan más tarde que otros países, y una marcada vida nocturna, incluso entre semana. Según encuestas, el horario más habitual para acostarse en días laborables es a partir de las 11 de la noche. Esto implica que tampoco cenamos temprano. Sin embargo, un doctor ha hablado al respecto y ha dicho cuál es la hora ideal para cenar, y así cuidar nuestra salud.
Y la hora ideal para cenar es…
Cenar tarde aumenta las posibilidades de sufrir obesidad y también puede dificultar el funcionamiento del metabolismo. Esto puede ser un factor de riesgo que agrave síntomas de reflujo gastroesofágico, gastritis, o para sufrir hiperglucemias. Y lo dice Harvard.
El doctor y neurólogo Conrado Estol lo ha corroborado y ha compartido un vídeo en su cuenta de Tiktok en el que ofrece una serie de consejos para mejorar nuestra calidad de vida. Respecto a la hora ideal de la cena, el experto argumenta que es antes de las 18.00 horas lo que nos acerca a países más diurnos como Alemania, Inglaterra o Irlanda.Para ello, el Dr. Estol propone que nos remontemos a nuestros ancestros en la prehistoria.
Este profesional de la salud explica que, hace 30.000 años, cuando la humanidad vivía en cavernas y dependía de la caza, las comidas nocturnas no eran una opción. Esto es debido a que la oscuridad llegaba temprano, alrededor de las 17.00 y las 18.00 horas, lo que imposibilitaba cazar o ver con claridad. Por esta razón, la rutina de supervivencia se adaptaba al ciclo natural de la luz: cazar durante el día, alimentarse antes del anochecer y descansar al llegar la noche.
Desayunar como un rey y cenar como un mendigo
Esta costumbre ancestral, según el neurólogo, dejó huella en nuestro organismo. De esta forma, nuestro sistema digestivo evolucionó para funcionar de manera óptima durante las primeras horas del día, cuando el sol está presente. Por lo tanto, al caer la tarde, el cuerpo reduce su capacidad para digerir los alimentos. Así que el argumento de este médico es que biológicamente estamos diseñados para digerir la comida mejor por la mañana y al mediodía, y no tanto en las últimas horas del día.
Por ello, el popular refranero de “Desayunar como un rey, comer como un príncipe, merendar como un caballero y cenar como un mendigo”, se ajusta a unos hábitos prehistóricos que llevamos impresos en nuestro ADN.
Así, el especialista señala que un desayuno abundante y una comida ligera permiten que el cuerpo procese mejor los nutrientes y se ajuste a su reloj interno. En cambio, cenar tarde sobrecarga el sistema digestivo en un momento en el que este ya está “programado” para reducir su actividad. El resultado puede influir en la calidad del sueño y por tanto en la regeneración celular durante la noche. Para no perderte ninguna noticia relacionada con este tipo de curiosidades, puedes hacer clic en la sección de actualidad.