La Seguridad Social exige a las empresas detallar el puesto y las funciones de los empleados de baja: estas serán las consecuencias

Más de ocho millones de procesos de incapacidad temporal y un coste de 14.000 millones en 2024 obligan al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) a «afinar el tiro». Desde este mismo verano, las empresas deberán describir con precisión el puesto y las tareas de cada trabajador de baja para que los inspectores médicos puedan decidir, ­sin rodeos, cuánto tiempo procede mantener la prestación.

La Seguridad Social ha puesto el foco en la letra pequeña de las bajas médicas. Quiere saber con exactitud qué hace el empleado en su jornada y qué limitaciones reales provoca su patología. El objetivo, según la directora general del INSS, M.ª del Carmen Armesto, es «garantizar una gestión eficiente y transparente» de la incapacidad temporal (IT) y atajar retrasos que disparan el gasto público.

Cómo la petición de datos laborales detallados cambia el control de la incapacidad temporal

¿Quién no ha oído hablar de bajas que se alargan porque el médico desconoce el trabajo concreto del paciente? Con la nueva instrucción, cada parte de baja irá acompañado de dos campos obligatorios:

  1. Código y denominación del puesto: identifica las tareas esenciales y los riesgos asociados.
  2. Descripción concisa de funciones: permite al inspector valorar si existen tareas compatibles con la dolencia o, por el contrario, justificar la baja.

La Seguridad Social insiste en que la información sea «concisa, pero completa» y advierte de sanciones si llega incompleta o fuera de plazo.

Lista de datos que las empresas deben remitir en cada parte de baja

  • Código y nombre del puesto de trabajo
  • Descripción de funciones y tareas habituales
  • Jornada y turnos (mañana, tarde, noche)
  • Riesgos laborales específicos asociados al puesto
  • Persona de contacto para aclaraciones médicas

Ahora bien, ¿cuánto tiempo tienen las compañías para reunir y enviar todo esto? Vamos a verlo.

Pasos y plazos que deben seguir las empresas para remitir la información solicitada

Antes de pasar a la tabla, conviene recordar que el canal oficial sigue siendo Sistema RED y que, si la empresa utiliza un autorizado RED externo, será este quien cargue los datos. A continuación, los plazos clave:

Actuación obligatoriaPlazo máximo desde la baja
Empresa remite código de puesto y funciones3 días naturales
Mutua cita al trabajador para pruebas (si procede)5 días hábiles
Servicio Público de Salud revisa resultados7 días naturales

Como ves, el margen es ajustado. De ahí que el INSS haya pedido ayuda a la CEOE para que las empresas se pongan las pilas y eviten «información de poca calidad».

Qué papel jugarán las mutuas y los servicios públicos de salud tras el nuevo protocolo

Por ahora, las mutuas se quedan lejos de poder dar el alta médica, algo que llevan años reclamando. Su intervención se limitará a realizar pruebas diagnósticas en procesos traumatológicos (los más largos y costosos), siempre con autorización del médico de atención primaria y del propio trabajador. ¿Ventaja? Se agilizan estudios complementarios. ¿Inconveniente? La decisión final sobre el alta seguirá en manos del Servicio Público de Salud, que dispone de una semana para pronunciarse.

En paralelo, el Ministerio de Seguridad Social ha remitido a las comunidades autónomas un acuerdo marco para que firmen sus propios convenios contra las «prolongaciones innecesarias» de los procesos de IT. Así se pretende armonizar criterios en todo el país y evitar que el código postal del paciente determine la duración de su baja.

¿Qué significa esto para tu empresa y para ti como trabajador?

  • Para la empresa: Será imprescindible tener actualizado el catálogo de puestos y describir tareas con detalle. Un documento mal cumplimentado puede suponer retrasos en el reembolso de la prestación o incluso una infracción.
  • Para el trabajador: Un parte de baja más «personalizado» puede acelerar las revisiones médicas y, si las condiciones lo permiten, facilitar la reincorporación parcial o con adaptaciones.

En definitiva, la Seguridad Social mueve ficha y obliga a todos los actores (empresas, mutuas y servicios públicos de salud) a intercambiar información precisa. El reto es claro: reducir gastos y tiempos muertos sin poner en riesgo la salud del trabajador. ¿Será suficiente? El reloj ya está en marcha.

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