Neumáticos y frenos ya contaminan más que los tubos de escape en las grandes ciudades

Los gases que salen del tubo de escape ya no son el principal enemigo: ahora el polvo de frenos, neumáticos y asfalto lidera la contaminación del transporte por carretera. Así lo revela un informe de EIT Urban Mobility presentado en la Cumbre del Foro Internacional del Transporte, que pone deberes a las ciudades y acelera la hoja de ruta comunitaria contra las partículas finas (PM2,5).

¿Qué cambia con estos nuevos datos y por qué deberías prestar atención?

El trabajo, realizado por la consultora e:misia, calcula que en Londres, Milán y Barcelona las llamadas emisiones NEE (no‑exhaust emissions) suponen entre el 68 % y el 88 % de todas las partículas procedentes del tráfico. Un porcentaje abrumador que obliga a replantear las políticas de movilidad y, de paso, tus hábitos al volante. La electrificación de la flota y normas anticontaminación cada vez más estrictas han recortado el hollín del motor. Sin embargo, cada frenazo y cada giro deja microfragmentos que permanecen en el aire o se depositan en el suelo y, cuando llueve, terminan en ríos y mares. ¿El resultado? Una exposición masiva: la OMS advierte de que el 96 % de los europeos respira niveles de PM2,5 superiores a lo recomendado. Observemos los datos:

CiudadPorcentaje de NEE sobre la contaminación total del tráfico
Londres68 %
Milán79 %
Barcelona88 %

Impacto de la contaminación de frenos y neumáticos en la salud y el medioambiente urbano europeo

Más del 40 % de las partículas NEE en zonas urbanas procede únicamente del desgaste de frenos. El resto se reparte entre neumáticos y erosión del asfalto. Estas micropartículas penetran en el torrente sanguíneo, elevan el riesgo de enfermedades respiratorias y, además, contaminan suelos agrícolas y cursos de agua. ¿Te imaginas las consecuencias a largo plazo si no se actúa ya? Las próximas normas Euro 7 y la transición laboral hacia una movilidad limpia y segura.

La Comisión Europea introducirá límites específicos a las partículas de frenos en 2026 y a las de neumáticos en 2028, aunque solo afectarán a los vehículos nuevos. Los talleres, fabricantes de componentes y profesionales del transporte deberán adaptarse: se abre un nicho para materiales de baja abrasión, sistemas de filtrado y cursos de recualificación. Por tanto, habrá oportunidades de empleo verde, pero también la necesidad de reciclarse, especialmente en pymes ligadas al mantenimiento del automóvil.

Sigue estos consejos sencillos para reducir tu huella de partículas

Estos son algunos gestos sencillos que puedes poner en marcha, para reducir tu huella de partículas:

  • Conduce de forma suave y mantén la distancia para evitar frenazos bruscos.
  • Revisa pastillas y discos: sustituirlos a tiempo evita desgaste excesivo.
  • Elige neumáticos de baja resistencia a la rodadura certificados.
  • Aprovecha el freno regenerativo si tienes un vehículo eléctrico o híbrido.
  • Planifica rutas con menos paradas y atascos: ahorrarás combustible y frenos.

Pequeñas acciones que, sumadas, marcan la diferencia.

Las cifras dejan poco margen de duda: la contaminación por frenos y neumáticos ya es la principal amenaza atmosférica del tráfico. Mientras llegan los límites Euro 7, la ciudadanía puede adoptar una conducción más eficiente y las empresas del sector prepararse para nuevas demandas tecnológicas. Ojo con los plazos: cada año perdido implica más partículas en nuestros pulmones y en nuestros ríos.