El pasado 18 de septiembre, esta niña de la capital jienense, en acuerdo con sus padres, quiso pedir a los asistentes a su cumpleaños un regalo algo poco común. No quiso juguetes, ni consolas, ni ropa, lo único que pidió cómo condición para acceder al lugar de la celebración, fue, bolsas de comida no perecedera para ayudar a las personas sin techo de la ciudad. La donación se produjo días después en la puerta de Cáritas, en el Convento de Santa Clara, en pleno barrio de la Judería, donde Martina dijo a los presentes “repetiría esta experiencia todas las veces que pueda” y “estoy muy contenta porque hemos recogido un montón de comida para esta gente que tanto lo necesita”.
La importancia de la educación social en la niñez
Todo lo ocurrido, nació, por parte de los padres de Martina, que aparte de ayudar, tenía un fin formativo para concienciar a Martina, de que hay gente con muchas dificultades que necesitan la ayuda de los demás. En boca de los padres, se dijo «para nosotros es importante que aprenda que existe otra realidad para muchas personas, que no tienen la suerte como nosotros de tener cubiertas sus necesidades básicas». Con todo esto, se espera que este pequeño pero a la vez gran gesto, pueda viralizarse, y hacer de la donación de comida algo común.
Esta noticia hace ver una realidad que a menudo nunca vemos, y es el desamparo absoluto por las personas sin hogar. En la actualidad se contabilizan más de 400 personas sin techo solo en la capital jienense, y unas 33.000 en todo el país, con el agravante de que estar en esta situación, puede acortar la esperanza de vida unos 20 años. Y una de las maneras de poder paliar este gran problema invisible, es la educación social por parte de los padres y los centros educativos desde que los niños son muy pequeños. Desde Andaluciainforma le damos las gracias, por enseñarnos un gran ejemplo a seguir. Habrá que esperar un tiempo para ver si aparecen muchas más Martina.