Ayer domingo, 13 de octubre, tuvo lugar en Madrid una protesta bajo el lema: “la vivienda es un derecho, no un negocio”. Más de 40 asociaciones de inquilinos convocaron esta manifestación multitudinaria en la capital, ante la grave crisis de acceso a la vivienda que está sufriendo nuestro país en los últimos años. El precio desorbitado de los alquileres está perjudicando especialmente a los jóvenes y a las familias más vulnerables, con escasos recursos económicos.
La vivienda es un derecho fundamental recogido en la Constitución Española
El artículo 47 de la Constitución Española recoge uno de los derechos fundamentales de los ciudadanos: el derecho a la vivienda. Y lo hace textualmente en estos términos: “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”.
Sin embargo, ese derecho fundamental que recoge nuestra Carta Magna, no se aplica en la realidad, debido a la puesta en marcha de políticas de vivienda que, en muchas ocasiones, se ha demostrado que son más partidarias de la especulación. Y es que, el acceso a la vivienda está cada vez más complicado, sobre todo en las grandes ciudades, ante el aumento desorbitado de los precios.
En ese aspecto, pongamos el ejemplo de Madrid, donde, según adelanta el portal inmobiliario Fotocasa, el precio del arrendamiento ha subido un 18,5 % en un año. El precio del alquiler de un piso ha pasado de los 16,90 euros el metro cuadrado que costaba en agosto de 2023 a los 20,30 euros de agosto de 2024. Esa escalada de precios es extrapolable a otras grandes poblaciones y zonas turísticas de nuestro país. Zonas tensionadas en las que la especulación inmobiliaria campa a sus anchas sin ningún tipo de control.
El Sindicato de Inquilinos e Inquilinas anuncia una huelga de alquileres
Ante esta escalada de precios, la situación se hace insostenible, sobre todo para los jóvenes. Un colectivo que cada vez se emancipa a una edad más tardía. Todo ello, principalmente por la imposibilidad de hacer frente al coste del alquiler. Incluso jóvenes que trabajan y con su propio sueldo, no pueden hacerse cargo de una vivienda, por lo que continúan viviendo en casa de sus padres.
Por consiguiente, y con el objetivo puesto en hacer en efectiva una rebaja del 50% en el precio de los alquileres, el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid, que encabezó la manifestación de ayer, llama a la “Huelga de alquileres” en su cuenta de la red social X. Lo hace en estos términos: “A todas las personas que vivís de alquiler: miradnos, somos miles. Somos tantas que, organizadas, tenemos más fuerza que ningún casero y que ningún gobierno. A partir de mañana empezamos a preparar, barrio a barrio, te esperamos”.
En definitiva, está por ver si, este llamamiento a la huelga, tiene la repercusión que pretende, si se extenderá a otros puntos de nuestro país y si logra ser la solución contra la creciente presión especulativa que repercute directamente en los precios del alquiler de la vivienda en España.
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