La ingesta de determinados medicamentos puede afectar gravemente a la seguridad vial, aumentando la siniestrabilidad en los desplazamientos al volante. Así lo indica la Dirección General de Tráfico en su portal web. Esto se debe a que el consumo de fármacos, aunque estén convenientemente prescritos por un facultativo médico, pueden afectar de forma negativa sobre la capacidad de conducir.
Esta es la forma en la que repercuten los medicamentos a la hora de ponernos al volante
La Revista de la DGT ha realizado una clasificación, según el tipo de medicamentos y la forma en la que repercuten de forma negativa en la conducción de vehículos. Divide a los fármacos según las dolencias que combaten y los efectos secundarios adversos que producen en los conductores.
Fármacos para el dolor
En este caso son los analgésicos los medicamentos utilizados para paliar esta dolencia. Sin embargo, al mismo tiempo pueden producir sueño y euforia, por lo que en ocasiones son un serio peligro a la hora de conducir un coche, motocicleta o cualquier otro tipo de vehículo, con o sin motor.
Insomnio y nervios
Para combatir el insomnio y la ansiedad, los médicos prescriben una serie de medicamentos muy concretos. Estos fármacos pueden producir alteraciones en la conducción, debido a que producen fatiga, discinesia (movimientos involuntarios), nerviosismo y temblor. Además, estos síntomas específicos, según cada tipo de fármaco:
- Ansiolíticos e hipnóticos: producen sueño.
- Antidepresivos: produce sueño, mareo e hipotensión.
- Ansiolíticos: Sueño, hipotensión y visión borrosa.
- Psicoestimulantes: Euforia.
Para tratar la diabetes
Los medicamentos destinados a tratar la diabetes suelen producir hipoglucemia, esto es, un nivel bajo de azúcar en sangre. Si el descenso de los niveles de glucosa es bajo, esto puede traducirse en una notable disminución de algunas funciones corporales, dificultando la tarea de conducir con seguridad.
Resfriado, tos y bronquios
Los fármacos para contrarrestar las afecciones respiratorias pueden provocar un aumento del insomnio y de la ansiedad. Aunque los antitusígenos y los antihistamínicos, que también se emplean para estas dolencias, provocan sueño tras su ingesta, por lo que hay que tomar precaución y seguir siempre las dosis recomendadas por el médico.
Otro tipo de fármacos
Los facultativos también pueden prescribir otro tipo de fármacos relacionados, sobre todo, para tratar los síntomas del Parkinson u otras afecciones del sistema nervioso. Nos referimos a los anticonvulsionantes y a los anticolinérgicos. En estos casos, los efectos secundarios de estos medicamentos producen sueño, confusión, hipotensión y visión borrosa, por lo que reducen considerablemente los reflejos a la hora de conducir un vehículo.
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