Un despido procedente se produce cuando la empresa rompe la relación con el trabajador por una causa justificada. Cuando se produce esta situación, en muchos casos, la última palabra la tiene el juez, que es a fin de cuentas el que se pronuncia para determinar si es procedente o no el despido de la persona empleada y si le corresponde indemnización.
Estas son las situaciones que determinan si un despido es procedente o no
La empresa puede llevar a cabo un despido procedente y comunicar al trabajador por escrito, mediante una carta, que ya no requiere de sus servicios. Esto puede ocurrir si se produce el fin de la relación laboral debido a unas causas objetivas, principalmente de carácter económico o por cuestiones de organización o de producción.
Sin embargo, por otra parte, los motivos del despido pueden ser otros que aluden directamente al comportamiento del trabajador. Esto se produce, cuando el empleado/a incumple las normas o no tiene un buen comportamiento en su puesto de trabajo. Si se produce esta situación, la empresa amonesta al trabajador/a y se pone en marcha un proceso de despido disciplinario.
Plazo de aviso de un despido procedente ¿Corresponde alguna indemnización?
El Estatuto de los Trabajadores establece que la empresa tiene la obligación de avisar al trabajador con un plazo de 15 días naturales antes de que se produzca la fecha de despido. Sin embargo, si el fin de la relación es de carácter disciplinario, no es necesario avisar al empleado/a. Por consiguiente, el trabajador afectado por un despido procedente solo tiene derecho a indemnización cuando es debido a causas objetivas, correspondiéndoles 20 días por año trabajado. A este importe se añadiría el finiquito correspondiente.
Para conocer más información sobre otras noticias de actualidad, recomendamos visitar nuestra plataforma web de noticias de la comunidad autónoma de Andalucía.