¿Te imaginas pasear por medio de un bosque pantanoso en Minas Gerais (Brasil), en medio de un bosque pantanoso que esté vivo y lleno de misterio? En el seno de este contexto, un grupo de investigadores, contagiados por la posibilidad de descubrir nuevas especies, fueron víctimas de la fascinación al tropezarse con una rana que desencadenaría su concepción sobre la biodiversidad en Minas Gerais. Esta huella inesperada fue expuesta en un trabajo que fue publicado hace muy poco en la revista Herpetologica.
Durante una expedición convergente en el año 2015 en el Parque Nacional Grande Sertão Veredas, el grupo estaba inmerso en la exploración de la vida salvaje, cuando empezaron a mencionar a aquellos detalles desconcertantes. «Era como ir a buscar un tesoro en un sitio lleno de misterios», recuerda Reuber Albuquerque Brandão, uno de los muchos científicos del grupo. Fueron intrigados por la morfología de ranas de tipo desconocido para ellos. Finalmente, decidieron tomar muestras. En ese instante no eran conscientes que estaban a punto de descubrir su propia especie, una rana Nyctimantis diadorim, a la que como hacen mencionar rana arbórea con cabeza de casco.
Características excepcionales de la Rana Nyctimantis diadorim
Esta rana delgada, de apenas poco más de 5 centímetros de longitud, es, como poco, un espectáculo. Sus ojos gigantes, de un color marrón rojizo que parecen brillar en la penumbra, y su lengua en forma de corazón dan a la rana un carácter casi mágico. «Ver aquellos ojos mirándonos fue un momento de pura felicidad y maravilla», le cuenta Brandão a la autora.
Las fotos que fueron tomadas durante la investigación evidencian una gama variada de marrones que permiten a estas ranas camuflarse en su entorno. Además, tienen la sorprendente capacidad de alternar el color entre el día y la noche, exhibiendo patrones más complejos salpicados por la piel. Este fenómeno solo añade más sorpresa a su biología.
Los investigadores encontraron estas ranas en posiciones sobre ramas delgadas a una altura aproximada de 1.5 m, dentro del Cerrado. Al ser recolectadas, observaron que su piel tenía una secreción de una sustancia blanca y pegajosa, sin olor y que no era irritante para humanos. «Resultó un poco extraño pero también estimulante ver que la naturaleza funciona también con sus propios mecanismos defensivos», dice Paula Leão Ferreira, otra de las investigadoras del grupo. La denominación de esta nueva especie no fue elegida al azar; también hace homenaje al Diadorim, un personaje de la célebre novela “Grande Sertão: Veredas” de la autoría del escritor brasileño João Guimarães Rosa.
La importancia de proteger la biodiversidad
Hasta este momento la rana Nyctimantis diadorim solo ha sido registrada en el Parque Nacional Grande Sertão Veredas, que se encuentra a unos 1110 km en dirección noroeste de Río de Janeiro. La identificación de esta nueva especie fue el resultado de la exhaustiva comprobación de su ADN así como de sus características morfológicas, tales como el tamaño o la morfología del cráneo.El hallazgo no solo revive al menos un poco la imagen de la biodiversidad brasileña, sino que también sugiere la muy urgente necesidad de proteger a los poco comunes ecosistemas que habitan al presente. “Cada nuevo hallazgo es un recordatorio de lo que está en juego”, reflexiona Ferreira. “Es un momento en que debemos trabajar en conjunto a la protección no sólo de esta rana, sino de todo su hábitat.” Así que la próxima vez que pienses en ranas, recuerda a la Nyctimantis diadorim y lo que representa: un tesoro escondido en los pantanos de Brasil que debe ser rescatado y protegido.