Un pueblo sin reuniones a la puerta de las casas con las sillas, ni es pueblo, ni es “ná”. No hay nada más acogedor cuando llegamos al pueblo en verano que el ver a nuestros mayores sentados en sus asientos, tomando un refrigerio y charlando sobre la vida. Una tradición no escrita que pasa de generación en generación y que solo sucede en los pueblos, para desgracia de los que vivimos en la ciudad. Pero algo tan sano y que cohesiona tanto a los vecinos, puede tener los días contados. A continuación descubrimos que localidad ha recibido la advertencia de la Policía.
¿Dónde se ha prohibido sacar las sillas a la puerta de las casas?
Durante las cálidas noches de verano, es común ver a vecinos en muchas localidades españolas sacando sus sillas a la calle para «tomar el fresco». Esta costumbre, transmitida de generación en generación, permite a las personas socializar y aliviar el calor nocturno. Sin embargo, en Santa Fe, un municipio de Granada, esta práctica habitual está viéndose en peligro. La Policía Local emitió un aviso recordando que la vía pública es un espacio regulado y que deben cumplirse ciertas normas para garantizar la convivencia y seguridad.
Aunque el mensaje generó preocupación, el alcalde del municipio, Juan Cobo, aclaró que no se prohibirá esta costumbre. Según explicó, la regulación está dirigida a quienes organizan eventos más ruidosos, como barbacoas y fiestas, que perturban el descanso vecinal. Esta situación cayó como un jarro de agua fría entre los vecinos, que demostraron su total oposición ante esta “amenaza”, la cual ha hecho que el alcalde salga rápido a la palestra para desmentirlo.
¿Qué dice la Ordenanza Municipal de Granada?
La Ordenanza Municipal de Granada establece normas claras sobre la ocupación de la vía pública. Se especifica que la instalación de terrazas y estructuras auxiliares está sujeta a regulación, y se determinan zonas donde se prohíbe expresamente su instalación. Estas regulaciones están vigentes para poder garantizar la convivencia ciudadana y la salubridad en los espacios públicos. Pero claro, no es lo mismo hablar de estructuras auxiliares que de unas simples sillas para poder tomar “la fresca” de la noche.
Muchos usuarios han criticado la “amenaza” de la Policía Local, argumentando que se debería priorizar la convivencia y las tradiciones locales. A pesar de que el alcalde haya salido a dar la cara con celeridad, no se entiende el pronunciamiento de la Policía, cuando ni siquiera la normativa apoya esa medida. Dicho todo esto, no se pueden perder las tradiciones que hacen que volver al pueblo sea motivo de alegría. Cualquier medida de este tipo alimenta la despoblación rural, cargándose la vida en los pueblos.
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