Un experto inmobiliario advierte sobre decisiones que pueden convertirse en errores muy costosos para quienes buscan invertir en vivienda.
El inversor inmobiliario resume los errores más comunes al comprar vivienda para invertir: desde las reformas profundas que devoran márgenes hasta los barrios baratos pero problemáticos. La clave insiste, está en leer bien los números. Y es que, comprar “barato”, a la larga puede salir caro. Pau Antó, inversor y asesor, explica que el gran problema no es el mercado, sino comprar sin estrategia y sin calcular con frialdad. ¿La consecuencia? Operaciones que parecen gangas y acaban lastrando tus finanzas durante años.
Cuatro errores comunes al comprar vivienda para invertir, según Pau Antó
Antó identifica cuatro tipos de pisos que conviene evitar si buscas rentabilidad, estabilidad o una compraventa ágil. ¿Te suena alguno?
- Pisos baratos que esconden reformas profundas o problemas estructurales.
- Pisos en barrios baratos, pero con alta inestabilidad y rotación de inquilinos.
- Pisos con “defectos invisibles” que no se aprecian en fotos o planos.
- Pisos que no encajan con tu estrategia de inversión y te bloquean capital.
En pocas palabras: no todo lo que brilla es oro, y menos en inmobiliario. Ojo con las prisas.
Ejemplo real con números en Valencia para entender bien la rentabilidad
“Muchos ven un piso barato y se lanzan, pero si necesita una reforma profunda o tiene problemas estructurales, esos costes se comen toda tu rentabilidad”, señala Antó. En su ejemplo, una vivienda en Valencia por 100.000 € exige una reforma que eleva la inversión a 150.000 € o más. Si el alquiler apenas supera los 700 € al mes, la rentabilidad cae por debajo del 6 %. Seguidamente, un resumen numérico para visualizar el impacto. ¿De verdad compensa comprar barato si los números no salen?
Concepto | Dato |
---|---|
Precio de compra | 100.000 € |
Inversión total tras reforma | 150.000 € |
Alquiler mensual estimado | 700 € |
Ingresos anuales por alquiler | 8.400 € |
Rentabilidad bruta aproximada | ≈ 5,6 % |
Con estas cifras, el margen es estrecho para el riesgo asumido en obras, tiempos y gestiones. Por tanto, el precio de entrada no basta: hay que proyectar rentas y costes.
Barrios baratos, pero problemáticos frente a zonas intermedias con más futuro
Otra trampa es confundir precio bajo con buena inversión. Antó pone ejemplos claros en Valencia: “Orriols o Nazaret son baratas, pudiendo tener alta rotación de inquilinos y algunos problemas económicos, incluso sociales. Ensanche o Ciudad de las Ciencias son estables, pero con precios tan altos que dejan rentabilidades muy bajas”.
¿La alternativa? Zonas intermedias con demanda sólida y recorrido razonable, como Benicalap, La Raiosa o San Marcelino, donde todavía es posible comprar a precios sensatos. La lección es doble: evita áreas muy tensionadas por precio o por inestabilidad. Busca equilibrio entre coste, demanda y perspectiva de revalorización.
Defectos invisibles y estrategia de inversión: cómo evitar caer en trampas
Hay viviendas que seducen en fotos, pero delatan problemas al visitarlas: ruido de autopistas, vibraciones del tren, distribuciones imposibles o techos bajísimos. De ahí que convenga recorrer el piso a distintas horas, escuchar, observar y medir. Si algo “chirría” ahora, también lo hará a tus inquilinos.
Igual de importante es la estrategia. ¿Quieres alquilar, reformar y vender o mantener a largo plazo? Si compras por impulso en una zona donde nadie compra o alquila lo que ofreces, tu dinero se quedará atascado. Antes de firmar, pregúntate: ¿este piso encaja con mi plan o solo me deslumbra el precio?
En suma, invertir con cabeza exige datos, no ilusión. Revisa costes, demanda y sostenibilidad financiera. Solo así un piso, además de bonito, será una buena inversión. Conoce más noticias sobre otros trámites y gestiones, en los contenidos de nuestro periódico digital de Andalucía.