La Declaración de la Renta es uno de los trámites más importantes para los contribuyentes, pero también de los que más dudas y confusiones generan. ¿Te has dado cuenta de que has cometido un error al presentarla? Notificarlo cuanto antes y rectificar voluntariamente es el mejor camino para evitar sanciones o, al menos, reducirlas al mínimo.
Por qué actuar con rapidez es clave para no pagar de más
Cuando Hacienda encuentra un fallo en la declaración, puede imponer sanciones económicas que varían según la gravedad. Aunque algunas pueden suponer 100 o 150 euros, si la equivocación es grave o implica información falsa, el importe de la multa podría dispararse hasta un 50% o 150% de lo que deberías abonar. Por ello, es esencial subsanar el error antes de que la Agencia Tributaria abra un procedimiento de comprobación. De hecho, la Ley general tributaria contempla reducciones en las sanciones cuando el contribuyente demuestra iniciativa propia y corrige el fallo sin esperar a ser requerido.
Rectificación o declaración complementaria: qué son y cuándo usarlas correctamente
No todos los errores tienen la misma naturaleza, ni generan el mismo perjuicio. Dependiendo de cuál sea tu situación, deberás presentar:
- Rectificación de autoliquidación: se aplica cuando el contribuyente paga más de la cuenta o recibe menos de lo que le corresponde. En este caso, Hacienda revisa el cálculo y, si está de acuerdo, ajusta el resultado a tu favor.
- Declaración complementaria: es obligatoria si el fallo perjudica a la Agencia Tributaria, por ejemplo, porque se debería ingresar una cantidad mayor o devolver una menor. También se usa si pierdes el derecho a alguna deducción, reducción o exención ya aplicada.
¿Te interesa saber más? La forma más sencilla de rectificar o presentar la declaración complementaria es a través de Renta WEB, dentro del plazo de la campaña. Si la campaña ha finalizado, todavía puedes realizar modificaciones, aunque podrías enfrentarte a recargos y sanciones adicionales.
Plazos, recargos y soluciones para minimizar las multas de la Agencia Tributaria
La Campaña de la Renta 2024 finaliza el 30 de junio de 2025. Hasta esa fecha, modificar errores es rápido y generalmente más económico. Sin embargo, si detectas la equivocación después, no pierdes tu derecho a corregirla. Hacienda concede cuatro años para revisar declaraciones no prescritas, pero conviene actuar con urgencia. A medida que pasa el tiempo, los recargos aumentan:
Meses de retraso | Recargo aproximado |
---|---|
Hasta 3 meses | 5% |
Hasta 6 meses | 10% |
Hasta 9 meses | 15% |
Hasta 12 meses | 20% |
Por tanto, si detectas cualquier error pasado este periodo, Hacienda puede imponer recargos mayores. En caso de que sea la propia Agencia Tributaria la que detecte el fallo primero, se abre un procedimiento que puede resultar más costoso. Si el error se queda en un dato menor o incompleto, la sanción mínima puede rondar los 100 o 150 euros. Pero si se considera grave —como usar facturas falsas— se aplican sanciones con un porcentaje mucho mayor, especialmente si la cifra supera los 3.000 euros.
Pasos finales para presentar la declaración sin equivocaciones costosas
En resumen, revisar cuidadosamente la Renta antes de su presentación es la mejor forma de evitar multas innecesarias. Si te percatas de algún fallo, presenta cuanto antes una rectificación o una declaración complementaria: así minimizarás recargos y sanciones. Ten en cuenta que Hacienda puede modificar tu declaración hasta en cuatro años posteriores y que, si lo hace sin que hayas comunicado nada, las sanciones se disparan. Por ello, conviene siempre actuar de manera proactiva y avisar a la Agencia Tributaria. Si tienes dudas sobre cómo realizar distintas diligencias o gestiones, te invitamos a que consultes nuestra sección de trámites.