El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) niega más del 95% de las peticiones de incapacidad permanente, tal y como han manifestado despachos especializados en derecho laboral. Estas cifras, que afectan a miles de trabajadores con secuelas físicas o funcionales, han encendido las alarmas en colectivos que consideran que no se valoran adecuadamente sus limitaciones tras accidentes o enfermedades. ¿Te interesa saber más sobre cómo y por qué ocurren estas denegaciones masivas?
Por qué la Seguridad Social está denegando hasta el 95% de las incapacidades permanentes
La primera sorpresa para muchos solicitantes es descubrir que el simple hecho de tener un diagnóstico médico no garantiza el acceso a la incapacidad permanente. De hecho, el INSS se basa en las secuelas y su repercusión en la actividad laboral, no solo en el informe clínico. La situación se complica cuando la Administración, después del correspondiente tratamiento, insiste en que el trabajador puede reincorporarse a su puesto. Un caso reciente, que se ha hecho viral en redes sociales, ilustra este fenómeno: un empleado que perdió dos falanges en un accidente laboral vio cómo su solicitud de incapacidad era rechazada.
Por tanto, la clave está en demostrar que las limitaciones físicas o funcionales hacen inviable el desempeño del trabajo. Aun así, muchas solicitudes se archivan antes siquiera de una revisión minuciosa, dejando a los afectados en una posición muy vulnerable. La gran mayoría de reclamaciones que se inician, tanto por parte del propio afectado como a través de asesores, coinciden en varios aspectos esenciales:
- Importancia del informe médico detallado: un historial clínico completo y coherente es crucial para fundamentar la solicitud.
- Grados de incapacidad permanente: parcial, total, absoluta y gran invalidez: cada uno contempla diferentes derechos y requisitos.
- Plazos de resolución: el INSS tiene 135 días para dar respuesta; si se agota ese plazo sin contestación, se produce el silencio administrativo.
- Derechos a recurso: tras una denegación, existe la vía de la reclamación previa y, posteriormente, la jurisdicción social.
¿Sabías que muchos expedientes se quedan estancados por errores de forma o deficiencias en la documentación? De ahí que expertos laborales recomienden asesorarse desde el inicio.
Pasos esenciales para reclamar ante una denegación y no rendirse demasiado pronto
Cuando la incapacidad permanente se deniega, el trabajador puede iniciar una reclamación previa a la vía judicial. Si el INSS vuelve a rechazarla, se abre la puerta a los tribunales. Sin embargo, es esencial recopilar toda la información médica y laboral de manera ordenada para reforzar la credibilidad del caso. A continuación, se muestra una tabla con los principales motivos de denegación:
Motivo de denegación | Descripción |
---|---|
Falta de documentación adecuada | Informes médicos incompletos o mal redactados que no justifican debidamente la limitación funcional. |
Informe laboral desactualizado | No se describe correctamente la actividad que desempeña la persona ni las tareas que no puede realizar. |
Evaluación de secuelas insuficiente | El INSS considera que las secuelas no impiden la reincorporación o son compatibles con otras profesiones. |
Silencio administrativo | Si transcurren 135 días sin respuesta, se interpreta la denegación por defecto, lo que obliga a reclamar. |
En consecuencia, presentar un expediente sólido es vital: cada error o carencia, por mínima que parezca, sirve al organismo público para archivar el caso o clasificarlo en un grado inferior al que corresponde. “Ojo con las revisiones periódicas”, advierten algunos expertos, porque incluso quienes consiguen la incapacidad permanente pueden ver modificado su grado en el futuro.
La negativa del 95% de las solicitudes de incapacidad permanente no solo evidencia la complejidad del sistema, sino que también muestra la necesidad de un acompañamiento legal especializado. Antes de iniciar cualquier trámite, conviene revisar informes médicos, tiempos de recuperación y posibles incompatibilidades. En caso de denegación, se recomienda acudir a la vía administrativa de reclamación y, si procede, al ámbito judicial para defender los derechos laborales.