La prórroga del régimen de módulos hasta 2026 llega acompañada de una gran incógnita: Hacienda no ha aclarado los límites de facturación para seguir en este sistema simplificado, y las asociaciones de autónomos alertan de que hasta un 60 % podría quedarse fuera.
Para miles de profesionales por cuenta propia, especialmente pequeños comercios, hostelería o transporte ligero, la estimación objetiva ha sido la forma más sencilla de cumplir con Hacienda. Ahora, una orden de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) en audiencia pública plantea renovar el régimen para 2026, pero sin definir los umbrales de ingresos, abriendo un escenario de incertidumbre que no es precisamente menor.
El régimen de módulos para autónomos: qué está en juego en 2026
El régimen de módulos permite a determinados autónomos pagar impuestos en función de parámetros objetivos, como los metros del local, el número de empleados o los vehículos utilizados, en lugar de declarar los ingresos y gastos reales. Es, en la práctica, una vía de tributación simplificada pensada para actividades como transporte ligero, comercio minorista, hostelería o peluquerías.
Esa simplicidad supone menos carga administrativa, menos obligaciones contables y más previsibilidad en las cuotas, por lo que encaja muy bien con microempresas y negocios modestos. Sin embargo, desde hace años el Ministerio de Hacienda revisa este sistema, al considerar que puede favorecer una menor fiscalidad efectiva y provocar desequilibrios competitivos con quienes tributan en estimación directa.
Hasta ahora, los límites permitían estar en módulos si no se superaban determinados niveles de facturación, como 250.000 euros en ventas a particulares o 125.000 euros en ventas a empresas, fijados en 2016 y prorrogados, ejercicio tras ejercicio, sin una reforma de fondo. El problema es que la nueva orden para 2026 no concreta esos límites. Si se reducen a los valores inicialmente previstos, por ejemplo, 75.000 euros, cientos de miles de autónomos podrían verse obligados a pasar a estimación directa. Según la Federación ATA, más de 150.000 profesionales, hasta un 60 % de los que hoy están en módulos, correrían ese riesgo.
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Por qué Hacienda puede dejar fuera del régimen de módulos a tantos autónomos
El debate combina tres elementos clave: fiscalidad, simplificación y fraude. El cálculo indirecto de los módulos ha sido criticado porque permite que algunos contribuyentes, con ingresos relativamente altos, paguen un tipo efectivo de IRPF inferior al del resto. De hecho, se ha señalado que los autónomos en módulos soportan un tipo efectivo medio del 7,1 %, frente al 20,1 % del conjunto del colectivo, lo que alimenta las dudas sobre la equidad del sistema.
Al mismo tiempo, el trabajo autónomo ha cambiado: más digitalización, más subcontratación, más volumen en algunos sectores y una economía claramente más compleja. Mantener intactos los viejos umbrales puede generar distorsiones y comportamientos poco eficientes para no perder el régimen simplificado.
A ello se suma la presión por aumentar ingresos públicos y asegurar una base impositiva sólida. En este contexto, un sistema en el que muchos autónomos tributan menos y con menos obligaciones se percibe como una posible “debilidad”.
Además, hay un elemento jurídico nada menor: para prorrogar los límites de facturación se necesita una norma de rango equivalente, como una ley o un decreto-ley. Solo ampliar el régimen mediante una orden ministerial, sin tocar oficialmente los umbrales, podría devolverlos a niveles más estrictos. De ahí que la orden haya encendido las alarmas entre las asociaciones.
Sectores de autónomos especialmente expuestos a perder el régimen de módulos
Los sectores más expuestos son los de siempre: actividades tradicionales, con facturación modesta pero constante, que han encontrado en los módulos una forma viable de sobrevivir sin ahogarse en papeleo. Hablamos de peluquerías, pequeños comercios de barrio, bares y restaurantes pequeños o transportistas con un solo vehículo. Para entender mejor el impacto, puede ayudar este resumen:
| Colectivo afectado | Situación actual en módulos | Riesgo principal si salen del sistema |
|---|---|---|
| Peluquerías y pequeños comercios | Disfrutan de trámites simples y cuotas previsibles | Mayor carga contable y posible aumento de impuestos |
| Transporte ligero y transportistas de un solo camión | Unos 25.000 profesionales dependen de la estabilidad del régimen | Pérdida de competitividad y subida de costes en un sector clave |
| Microempresas cercanas a los límites de facturación | Facturan entre 100.000 y 125.000 euros al año | Quedar excluidas si el límite baja y cambiar forzosamente de modelo |
Si estos colectivos pasan a estimación directa, no solo se enfrentan a más control y más obligaciones, sino también a cuotas potencialmente más altas y menos margen para resistir épocas flojas. Lo que hoy es una herramienta de simplificación podría convertirse, de la noche a la mañana, en una puerta cerrada.
Qué implica pasar de módulos a estimación directa para los autónomos
Salir del régimen de módulos implica tributar por estimación directa, normal o simplificada. En ese escenario, la contabilidad se vuelve mucho más exigente: el autónomo debe llevar libros de ingresos y gastos reales, conservar justificantes, revisar continuamente su margen y atender modelos trimestrales más complejos.
Es cierto que se pueden deducir los gastos tal y como se producen, lo que en algunos casos podría compensar. Pero a cambio aumenta la exposición a inspecciones y a posibles sanciones si hay errores. Para quienes tienen ingresos altos y pocos gastos deducibles, la factura fiscal puede subir con claridad respecto a los módulos.
Además, se pierde la previsibilidad de una cuota fija basada en parámetros objetivos. El resultado es una doble presión: más impuestos en algunos casos y más tiempo y dinero invertido en gestoría y contabilidad. No es precisamente una buena noticia para quien ya va justo de horas al final del día.
Consejos para autónomos en módulos ante la incertidumbre de 2026
Ante este panorama, muchos autónomos se preguntan qué pueden hacer desde ya para no verse “desahuciados” del sistema sin margen de reacción. Una hoja de ruta básica podría ser la siguiente:
- Revisar la facturación del último año para ver qué tan cerca se está de los posibles límites.
- Simular, con ayuda profesional, cuánto se pagaría en estimación directa en caso de cambio obligatorio.
- Invertir en herramientas de control de ingresos y gastos, así como en una contabilidad más profesionalizada.
- Buscar asesoramiento fiscal para anticipar decisiones y no improvisar a última hora.
- Seguir de cerca las novedades normativas y participar en asociaciones o foros de autónomos para estar informado.
No se trata de alarmarse, pero sí de asumir que la incertidumbre tiene un coste si se afronta con los brazos cruzados.
Conclusión sobre el futuro del régimen de módulos para los autónomos
Las asociaciones de autónomos, como ATA o UPTA, han puesto el foco en la necesidad de una tabla clara de límites y plazos definidos. Mientras unas defienden una transición ordenada hacia la estimación directa, otras rechazan abandonar un sistema que ha permitido sobrevivir a miles de pequeños negocios. El Gobierno asegura que el régimen se prorrogará, pero aún no ha publicado los límites ni un calendario preciso, lo que ha llevado a algunas organizaciones a hablar de “parálisis” y “falta de voluntad política”.
En el fondo, el mensaje que recibe el autónomo es incómodo: la simplificación tributaria parece más una concesión temporal que un compromiso estable. Sin reglas claras, muchos pueden optar por no crecer, no contratar o no invertir. Y eso, al final, no solo es un problema para ellos, sino para toda la economía.
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