La temporada de la Renta puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza cuando se nos pasa el plazo o, simplemente, olvidamos presentarla. Sin embargo, no declarar en la fecha establecida puede acarrear penalizaciones económicas que van desde recargos mínimos hasta sumas más elevadas, dependiendo de diversos factores. ¿Te interesa saber más? A continuación, te contamos todo lo que implica esta omisión.
En primer lugar, es importante saber que solo se puede sancionar a las personas que estén obligadas a declarar el IRPF y que no lo hagan. Por el contrario, si no se supera el umbral de ingresos y no existe dicha obligación, Hacienda no impondrá una multa. Ahora bien, aun estando exento, presentar la declaración puede resultar beneficioso si se tienen deducciones aplicables que impliquen un resultado a devolver.
Los escenarios tributarios que debes considerar cuando no presentas el IRPF a tiempo
Si te preguntas qué ocurre cuando no cumples con la declaración dentro del plazo, las consecuencias cambian en función del resultado de la misma y de si la Agencia Tributaria interviene a través de un requerimiento. En términos generales, puedes encontrarte con estos dos escenarios:
- Cuando la declaración sale a devolver: la sanción tiende a ser más leve, llegando en algunos casos a los 200 euros.
- Cuando la declaración sale a pagar: el coste puede multiplicarse, ya que entra en juego el perjuicio económico hacia Hacienda.
¿Y si la Administración tributaria no detecta el incumplimiento? Podrías librarte de una sanción si pasa el plazo de prescripción (cuatro años), pero conviene no confiar en ello: en muchas ocasiones, se reclama la deuda justo antes de que prescriba.
Consecuencias concretas de presentar la declaración de la Renta fuera de plazo
Si decides regularizar la situación por tu cuenta y presentas el IRPF voluntariamente, las sanciones suelen ser más suaves. Por ejemplo, cuando el resultado es a devolver, la multa se reduce a 100 euros (en lugar de 200). Sin embargo, para declaraciones a pagar entran en juego recargos que varían según el retraso:
| Tiempo de retraso | Recargo aplicable |
|---|---|
| Hasta 12 meses | 1% inicial, más otro 1% por cada mes completo, sin sanción ni intereses de demora. |
| Más de 12 meses | 15% total, más los intereses de demora que se suman a partir del primer día tras cumplirse los 12 meses. |
Este esquema se aplica siempre que la presentación sea voluntaria y no exista un requerimiento previo por parte de Hacienda. Además, si abonamos estos importes en el período voluntario de pago, podemos beneficiarnos de reducciones adicionales.
Cómo afrontar un requerimiento oficial de Hacienda al no declarar en plazo
Cuando Hacienda envía una notificación instando a declarar, el panorama cambia. Si la declaración sale neutra o a devolver, la multa es de 200 euros. En cambio, si el resultado es a pagar, la sanción puede variar entre el 50% y el 150% de la deuda, a lo que se suman intereses de demora. Por consiguiente, no conviene esperar a que la Agencia Tributaria golpee a tu puerta.
Aunque la presentación fuera de plazo es factible, lo ideal es cumplir los plazos oficiales para evitar recargos y sanciones. En caso de “despiste”, es preferible regularizar la situación cuanto antes para reducir el impacto económico. También es aconsejable revisar cada ejercicio fiscal, ya que las obligaciones pueden cambiar de un año a otro.
Si no has declarado y estás obligado a hacerlo, conviene reunir la documentación necesaria y presentarla, ya sea de forma presencial en Hacienda o usando vías digitales como Renta Web o la aplicación oficial. Así, te ahorrarás dolores de cabeza y evitarás que las multas se disparen. Recuerda: tarde o temprano, Hacienda reclama lo que le corresponde. Continúa informado de otras gestiones y trámites en nuestro portal web.
