¿Quieres olvidarte de la incertidumbre de cada revisión hipotecaria? Si la subida del euríbor te está pasando factura y crees que ha llegado el momento de cambiar tu hipoteca de variable a fija, presta atención. Te explicamos cómo dar el paso, qué trámites debes cumplir y cuáles son los posibles gastos asociados.
Las principales razones para cambiar la hipoteca de tipo variable a fija
El principal motivo para transformar tu hipoteca en fija es la tranquilidad de abonar siempre la misma cuota, sin depender de la evolución del euríbor. De hecho, muchas familias buscan estabilidad para evitar sustos si los tipos de interés continúan al alza. No obstante, conviene recordar que si el euríbor bajase de nuevo, podrías terminar pagando más que con una variable. ¿Te compensa el cambio?
Antes de firmar un nuevo contrato, es indispensable cumplir ciertos requisitos. Por ejemplo, si tu intención es cambiar el tipo de interés mediante novación, la Ley 5/2019 de 15 de marzo establece que debes llevar al menos tres años con la hipoteca, encontrarte al corriente de pagos y que se trate de tu vivienda habitual.
Por otro lado, si optas por la subrogación en un banco distinto, la nueva entidad exigirá comprobar tu historial crediticio, tus ingresos fijos y que no estés en ningún listado de morosidad. ¿Te interesa saber más? Lo mejor es analizar con detalle cada situación.
Comparativa de gastos y trámites específicos según novación, subrogación o contratación nueva
Existen tres vías principales para cambiar tu hipoteca de variable a fija, y cada una presenta unas condiciones y costes distintos. A continuación, puedes ver un breve resumen en la siguiente tabla:
Tipo de cambio | Requisitos principales | Gastos habituales |
---|---|---|
Novación | Tres años de hipoteca, pagos al día, vivienda habitual | Tasación de la vivienda y comisión por novación |
Subrogación | Acreditar solvencia, pagos puntuales, no figurar en lista de morosos | Tasación y comisión por subrogación |
Cancelación y nueva contratación | Cumplir condiciones de la nueva entidad | Cancelación registral, tasación y costes de la nueva hipoteca (más elevados) |
Como ves, la tercera vía suele ser la más costosa, ya que implica liquidar la hipoteca previa y afrontar una nueva. ¡Ojo con los gastos de cancelación!
Aspectos a tener en cuenta para decidir el mejor momento y evitar errores
No existe una “fecha perfecta” para realizar el cambio, pero sí conviene analizar las fluctuaciones del euríbor, las comisiones aplicadas y la evolución de los tipos fijos en el mercado. A veces, la seguridad a largo plazo compensa, pero, por otro lado, si crees que los intereses bajarán, puede que prefieras mantener tu hipoteca variable.
Además, conviene revisar las cláusulas de tu hipoteca actual, ya que algunas contemplan límites en la novación o penalizaciones extras. Por ello, lo recomendable es comparar distintas ofertas, pedir varias tasaciones y valorar cuidadosamente tus ingresos y gastos. Una decisión informada puede ahorrarte muchos quebraderos de cabeza. Lista de pasos útiles para formalizar el cambio:
- Revisa la documentación de tu hipoteca actual (contrato, posibles comisiones y cláusulas).
- Pide información en tu banco o en otras entidades sobre las condiciones de hipoteca fija.
- Asegúrate de cumplir los requisitos de cada modalidad (novación, subrogación o nueva contratación).
- Calcula los gastos de tasación, comisiones o penalizaciones.
- Formaliza el acuerdo por escrito y revisa la letra pequeña.
Cambiar tu hipoteca de variable a fija puede brindarte una mayor estabilidad en las cuotas mensuales, pero no siempre es la mejor opción para todos los bolsillos. Lo ideal es sopesar ventajas y desventajas, considerar la evolución del mercado y, si finalmente decides dar el paso, iniciar los trámites con toda la documentación preparada.
Si quieres conocer más noticias relacionadas con otro tipo de trámites y gestiones administrativas, te recomendamos que visites periódicamente nuestra plataforma web de información socioeconómica.