Responder con seguridad a la temida pregunta sobre las expectativas salariales puede marcar la diferencia entre avanzar en el proceso o quedarse fuera.
Hablar de dinero durante una entrevista de trabajo incomoda a casi cualquiera, pero evitarlo sale caro: puedes terminar aceptando menos de lo que vales o, peor aún, quedar descartado. Con una preparación sencilla: investigar el sector, valorar tu experiencia y definir un rango, es posible defender tu remuneración sin cerrar puertas.
Quién puede y debe preparar un rango salarial antes de cada entrevista
Tanto si buscas tu primer empleo como si ya acumulas años de experiencia, llegar con un rango salarial pensado es imprescindible. ¿Por qué? Las empresas manejan bandas retributivas y necesitan saber si encajas. Mostrar cifras realistas, basadas en tus logros y en lo que paga el mercado, evita descartes innecesarios y te presenta como un profesional que conoce su valor. Además, sigue estos pasos para investigar el mercado laboral y fijar tu valor real.
Primero, identifica el salario medio de tu puesto en portales como Indeed o en el convenio colectivo si aplica. Segundo, compara esas referencias con tu última nómina o con ofertas similares. Finalmente, ajustar la horquilla a tu trayectoria: no es lo mismo liderar un equipo que empezar como junior. De ahí que un análisis objetivo proteja tu negociación de improvisaciones apresuradas. Toma nota de los beneficios que pueden equilibrar una oferta ajustada:
- Teletrabajo total o modelo híbrido.
- Flexibilidad horaria y jornada intensiva en verano.
- Cheque restaurante, transporte o guardería.
- Seguro médico privado.
- Programas de bienestar y descuentos en gimnasios.
Un «extra» como el trabajo remoto puede compensar varios miles de euros brutos al año. ¡Tenlo en cuenta antes de decir que no!
Cómo formular tu expectativa salarial para negociar sin cerrar ninguna puerta
Al llegar la famosa pregunta, evita rodeos. Proponer una horquilla, por ejemplo, «entre 28 000 y 32 000 € brutos», demuestra apertura a la negociación y te da margen para valorar otros incentivos. Recuerda subrayar tu interés por el proyecto para que la conversación no gire solo en torno a euros. ¿Quién sabe? Quizá un plan de formación interna incline la balanza a tu favor. A continuación, un par de frases que funcionan en distintos escenarios:
Situación típica | Frase modelo para responder |
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Primer contacto telefónico | «Según el mercado y mi experiencia, me movería entre 24 000 y 28 000 € brutos, aunque puedo valorar la oferta completa». |
Entrevista final con RR. HH. | «Actualmente, estoy en 30 000 €, y, por responsabilidad y resultados, consideraría interesante un rango de 33 000 a 36 000 € más variable». |
Como ves, la clave está en justificar cada cifra con datos concretos: resultados, responsabilidades y referencias salariales objetivas.
Estrategias cuando la oferta inicial no cubre tus necesidades económicas
Si la propuesta queda corta, no desesperes. Expón con calma los datos de convenio o del portal salarial, y plantea revisiones a seis o doce meses ligadas a objetivos. Otra táctica eficaz es solicitar un bonus por rendimiento o acordar un plan de promoción interna en un plazo cerrado. Negociar no es exigir, sino razonar: mantener un tono profesional abre la puerta a futuras oportunidades, incluso si decides declinar la oferta. Preparar, argumentar y saber ceder cuando conviene: así se defiende un sueldo digno sin quemar puentes. ¿Listo para tu próxima entrevista? Conoce más noticias sobre trámites y gestiones en nuestra web de información.