España mantiene una de las mayores brechas de pensiones entre hombres y mujeres de toda Europa

La desigualdad en las pensiones contributivas sigue siendo una realidad en España. A pesar de los avances, las mujeres siguen percibiendo menos al jubilarse que los hombres.

En España, las mujeres reciben una pensión contributiva de jubilación significativamente más baja que los hombres. Según los datos más recientes de la Seguridad Social, en junio de 2025, la diferencia media es de 532 euros al mes, lo que representa una brecha de género del 30%. Aunque este porcentaje ha bajado respecto al 34% de 2020, sigue siendo una de las más altas de Europa.

¿Por qué existe esta brecha de género en las pensiones?

El origen de esta desigualdad radica en las trayectorias laborales de hombres y mujeres. Las mujeres, históricamente, han tenido empleos con menores salarios, han trabajado a tiempo parcial o han interrumpido su carrera para cuidar de hijos o familiares. Estos factores provocan menos años cotizados y bases de cotización más bajas, lo que se traduce en pensiones más reducidas.

Aunque en los últimos años se ha avanzado en la igualdad de derechos, el sistema de pensiones no ha logrado adaptarse a las realidades laborales de las mujeres. Las normativas actuales no contemplan las desigualdades estructurales que afectan a las carreras laborales de las mujeres. De hecho, las mujeres que han tenido que interrumpir su carrera por motivos de cuidado, ven penalizada su pensión al no poder cotizar de manera continua o a tiempo completo.

Acciones positivas para reducir la brecha de género

En los últimos años, se han adoptado medidas para reducir la brecha de género en las pensiones, conocidas como “acciones positivas”. Estas incluyen, tanto medidas directas como indirectas, con el fin de incidir sobre el cálculo de las pensiones y compensar la desigualdad.

Aunque estas acciones han tenido cierto impacto positivo, los avances han sido limitados. La brecha de género, aunque más reducida, sigue siendo alta y no se ha alcanzado el umbral considerado tolerable, que se situaría cerca del 5%.

¿Qué se está haciendo para mejorar la situación?

A corto plazo, es fundamental ajustar el complemento por brecha de género. Esto evitaría conflictos legales y optimizaría los recursos destinados a la pensión de las mujeres. Este complemento tiene como objetivo compensar a aquellas personas cuya carrera laboral ha sido más afectada por la crianza de hijos o familiares, lo cual sigue siendo un factor más común entre las mujeres.

Por otro lado, a medio plazo, sería recomendable revisar si la estrategia actual de medidas directas es la más adecuada. Estas acciones directas, aunque necesarias, podrían entrar en conflicto con la legislación antidiscriminatoria europea. Una opción sería apostar por medidas indirectas que favorezcan la conciliación familiar y laboral, así como la presencia de mujeres en sectores tradicionalmente masculinos. Estas acciones, a largo plazo, mejorarían las bases de cotización y, por ende, las pensiones de las mujeres.

¿Qué podemos esperar en el futuro?

A pesar de los esfuerzos, la lucha por cerrar la brecha de género en las pensiones no ha terminado. La clave será encontrar un equilibrio entre las medidas directas e indirectas que logren un impacto real sobre las bases de cotización y, a su vez, garanticen una verdadera igualdad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral y, por ende, en el sistema de pensiones.

Es importante seguir revisando las políticas y normas que rigen las pensiones, así como fomentar una mayor participación femenina en todos los ámbitos laborales. Las mujeres necesitan poder acceder a un sistema de pensiones que refleje sus trayectorias laborales reales, sin penalizar los años de cuidado o las interrupciones laborales.

Resumen de las medidas para reducir la brecha de género en las pensiones

Toma nota de las medidas directas e indirectas a poner en marcha para reducir la brecha de género en la cuantía de las pensiones:

  • Medidas directas: ajustes en los cálculos de las pensiones para compensar las desigualdades de género.
  • Medidas indirectas: fomento de la conciliación laboral y familiar, y mayor presencia de mujeres en sectores masculinos.
  • Complemento por brecha de género: asegurar que aquellas personas más afectadas por el cuidado de hijos o familiares no vean perjudicada su pensión.

Aunque la brecha ha disminuido, queda mucho por hacer para conseguir una pensión justa y equitativa para las mujeres. ¿Qué más se puede hacer para conseguirlo? Sin duda, la clave está en la evolución continua de las políticas y en una sociedad más consciente de las desigualdades estructurales. Para más noticias sobre pensiones, visita nuestra sección de prestaciones.

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