No estamos muy acostumbrados al término inteligencia emocional, pero es una cualidad muy importante para al ser humano. En pocas palabras, implica entender y comprender las emociones de los otros y tener la habilidad de reaccionar según el estado anímico del otro. Hablamos de habilidades a las que no se le ha dado importancia casi nunca. Pero, a raíz de la pandemia, múltiples estudios se originaron y empezamos a comprender algo más. En este artículo, poco habitual en nuestro catálogo, queremos dar a conocer esta habilidad poco valorada y tan necesaria para nuestro día a día.
¿Qué hacen las personas con alta inteligencia emocional?
«El hombre es un ser social por naturaleza» es una frase del filósofo Aristóteles (384-322, antes de Cristo) para constatar que nacemos con la característica social y la vamos desarrollando a lo largo de nuestra vida, ya que necesitamos de los otros para sobrevivir. Según Aristóteles se «es» en tanto se «co-es». Como tampoco queremos abrumar con datos muy específicos, vamos a poner sobre la mesa los ejemplos que esta investigadora de Harvard, la Dra. Jenny Woo, ha facilitado en su estudio, para una mejor comprensión.
Ejemplos de inteligencia emocional
Dos preguntas habituales; ¿qué piensas sobre…?, ¿qué opinas sobre…? Las personas que poseen esta habilidad innata, tienen una alta capacidad para introducir preguntas en cualquier conversación y despertar y mantener el interés. Son preguntas hechas adrede para conocer sentimientos o pensamientos. Demuestran su capacidad para demostrar conciencia social y empatía (características de la inteligencia emocional) y les permite parecer auténticos, en lugar de curiosos. Con algo tan simple, el interlocutor se siente “especial”, calmado. Puede parecer una tontería a simple vista, pero, pensad en cuantas personas tenemos alrededor que no son capaces de interactuar de esa forma.
Otra de las habilidades que poseen, es saber leer las señales sociales. Me explico, en alguna ocasión conocemos a otra persona y desde el segundo uno tenemos la sensación de conocerla de más tiempo, sintiéndote muy cercano. Esto se debe a la imitación, que no copia, de la gestualidad, el tono de voz, patrones claros del movimiento corporal y del propio lenguaje. Las personas que se les pega el acento de otra localidad con suma facilidad no es más que esto. Este comportamiento es luna manifestación del cuerpo por el deseo interno de empatizar y conectar con la persona que tienes en frente.
Por último, quien tiene inteligencia emocional, no tiene miedo de revelar sus miedos y fracasos, ya que ven la vulnerabilidad como una fortaleza. ¿Cuánta gente evita llorar en compañía? Viene dado de una vergüenza poco explicable, creando una barrera clara. Sin embargo, el que tiene este tipo de cualidades, tira el muro existente, y se acerca más a la otra persona, dejando expuestas sus vulnerabilidades. Esta actitud refleja seguridad emocional. Además, entienden que es importante aprender de sus reveses. Un sello distintivo de la autogestión y la resiliencia, dos rasgos clave de la inteligencia emocional.
¿Se pueden desarrollar este tipo de habilidades?
Hay personas que nacen con este tipo de cualidad, al igual que quien es superdotado, emocionalmente hablando. Pero es algo que se puede ir adquiriendo con el paso de los años. Aquí dependerá de muchos factores; sociales, de herencia, el afecto, la nutrición, la salud física, el desarrollo neuropsicológico, el ambiente o el aprendizaje. Desarrollarlas no es nada fácil y a menudo va de la mano de ayuda terapéutica, o simplemente dependiendo de nuestro entorno social. Pero tampoco queremos maternos de lleno en temas sociológicos o antropológicos, ya que podrían aburrir al personal.
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