Un abogado laboralista lo deja claro: “esta es la sanción más peligrosa que te pueden poner en el trabajo”

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Los trabajadores tienden a restarle importancia a una simple carta de amonestación, pero puede convertirse en el origen de un despido o de una sanción mucho más grave.

En un vídeo en redes sociales, el abogado laboralista Juanma Lorente explica que la amonestación por escrito, que muchos consideran “una tontería”, es en realidad la medida disciplinaria más delicada. Aunque no implica de entrada una rebaja de sueldo ni un despido inmediato, deja un rastro por escrito que la empresa puede utilizar en el futuro para justificar decisiones mucho más severas. Un abogado laboralista advierte de que, lejos de ser un trámite menor, es la sanción más peligrosa que puede recibir un empleado.

Por qué una amonestación por escrito puede convertirse en un serio problema laboral

En el día a día, muchos trabajadores minimizan el impacto de estas sanciones leves. Si la empresa no descuenta dinero del salario ni suspende de empleo, se tiende a pensar que “no pasa nada”. Sin embargo, Lorente insiste en que esta percepción es errónea, porque la verdadera consecuencia no se ve al momento, sino más adelante.

Según explica, la carta de amonestación se percibe como algo que “no duele” al principio. El empleado la lee, comprueba que no le afectan la nómina ni el puesto de forma inmediata y, por eso, la deja pasar. ¿El problema? Que al no reaccionar ni mostrar desacuerdo, es como si estuviera aceptando esa sanción y dándole validez a la versión de la empresa.

Puede ser el comienzo de sanciones disciplinarias más duras

A partir de ahí, la amonestación por escrito se convierte en un antecedente que puede jugar en contra del trabajador. De hecho, el abogado advierte de que esa primera sanción es la base perfecta para que la empresa, más adelante, una otra falta y pase a medidas disciplinarias mucho más duras, como un despido o una sanción de un mes sin sueldo y sin empleo. No es ninguna exageración: luego vienen los sustos.

Antes de seguir, conviene tener claras las principales consecuencias que, según el abogado, puede acarrear una simple carta de amonestación si se deja pasar sin impugnarla:

  • Se asume de facto la versión de la empresa y se da por válida la sanción inicial.
  • La amonestación queda como antecedente y puede unirse a futuras faltas o acusaciones.
  • La empresa gana fuerza para imponer sanciones más graves, como despidos o suspensiones de empleo y sueldo.
  • Resulta mucho más difícil discutir una segunda sanción cuando la primera no se impugnó.

En resumen, lo que parecía un aviso sin importancia se transforma en la primera pieza de un historial disciplinario que puede condicionar seriamente la estabilidad en el puesto de trabajo.

Cómo la primera amonestación por escrito abre la puerta a sanciones graves

Lorente insiste en que, cuando el trabajador no está de acuerdo con la sanción, pero la deja pasar porque “le da igual”, está cometiendo un error estratégico. A ojos de la empresa, esa falta de reacción equivale a aceptar la carta y su contenido. Y eso refuerza la posición de la compañía en caso de conflictos futuros.

El abogado señala que, si más adelante llega una segunda sanción, ya sea un despido o una suspensión de un mes sin sueldo y sin empleo, la empresa tendrá mucha más credibilidad ante un posible conflicto. No será la primera vez que sanciona a esa persona, sino la segunda, y eso dificulta enormemente impugnar la nueva medida disciplinaria.

Para entender mejor este efecto, se puede resumir la situación de la siguiente manera:

Situación laboral del trabajadorPosible consecuencia, según explica el abogado laboralista
Primera amonestación por escrito no impugnadaLa empresa la conserva como antecedente y la utiliza como base para futuras sanciones
Segunda sanción más grave (despido o mes sin sueldo)La empresa aparece como más creíble al existir un historial de sanciones previas
Ninguna de las sanciones tiene realmente fundamentoLa falta de reacción del trabajador hace muy difícil defenderse en un conflicto

Como se ve, incluso cuando las sanciones carecen de sentido, el hecho de no haber impugnado la primera carta complica enormemente la defensa del trabajador frente a la segunda.

La acumulación de sanciones por escrito refuerza la posición de la empresa

Otro aspecto clave que subraya Lorente es el efecto acumulativo de estas sanciones. Una sola amonestación puede parecer insignificante, pero varias juntas refuerzan el relato de la empresa, que puede presentar al trabajador como alguien reincidente.

En caso de que se llegue a un despido o a una sanción económica seria, ese historial disciplinario otorga a la compañía un plus de credibilidad. Al no haberse opuesto a las primeras sanciones, el trabajador se encuentra con que ahora es mucho más complicado demostrar que la empresa se excede o se equivoca. ¿De verdad merece la pena dejar pasar algo así sin hacer nada?

Importancia de impugnar y buscar asesoramiento ante cualquier amonestación escrita

Por todo ello, el abogado hace hincapié en la importancia de actuar desde el primer momento. Aunque la carta no suponga una pérdida inmediata de salario ni la expulsión del trabajo, sí “pasa algo”: se está generando un documento que puede utilizarse en el futuro contra el trabajador.

Lorente insiste en que muchas veces ni la primera ni la segunda sanción tienen sentido, pero si la inicial no se impugna, el trabajador ya parte con desventaja. De ahí que recomiende buscar asesoramiento especializado en cuanto se reciba una amonestación por escrito y no restarle importancia por parecer, en apariencia, un simple aviso.

Además, anima a los trabajadores a informarse, preguntar y conocer mejor sus derechos laborales para no quedarse paralizados ante una carta de sanción. La prevención y la reacción a tiempo pueden marcar la diferencia entre un pequeño conflicto puntual y un problema serio que ponga en riesgo el empleo y los ingresos. Conoce más noticias relacionas con el mundo laboral en nuestra sección de empleo.

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