Dos metodologías enfrentadas disparan la cifra de personas que quieren trabajar, pero no figuran como paradas, abriendo un debate sobre cómo medir realmente el desempleo en España.
El INE y Eurostat ofrecen dos recuentos muy distintos de personas sin trabajo que quieren emplearse, pero no constan como paradas. El aspecto fundamental está en la metodología y en quién entra (o no) en la población activa. Las cifras de desempleo no incluyen a todas las personas que no trabajan y querrían hacerlo. No es que estén “maquillados” los datos: es que hay personas que se consideran “inactivos” porque no encajan en la definición de “parado”.
De dónde sale la brecha entre la EPA del INE y el cálculo de Eurostat
Con la metodología histórica de la Encuesta de Población Activa (EPA), el INE estima que en el tercer trimestre había 343.100 “activos potenciales”. Pero con la metodología de Eurostat, la cifra sube a 1,048 millones, un 2,3% más que en 2019.
La diferencia es de 704.800 personas. En porcentaje, el salto va de un 11,6% a un 28,6% de “paro oculto”, según la referencia que se elija. ¿Qué está contando cada una? Un perímetro distinto. Así quedan ambos enfoques:
| Referencia | Qué mide | Cifra |
|---|---|---|
| EPA (INE) | “Activos potenciales” con el método histórico | 343.100 |
| Eurostat | Metodología europea aplicada a categorías similares | 1,048 millones |
La discusión, por tanto, no es solo el número, sino el perímetro: la misma realidad puede verse más estrecha o más amplia según cómo se mida.
Qué significa ser uno de los “activos potenciales” y por qué se queda fuera del paro
El INE define a los “activos potenciales” como “personas que están sin trabajo, disponibles para trabajar y no buscan empleo por determinadas razones”. Esa falta de búsqueda activa es lo que les deja fuera del paro estadístico.
La definición estándar de desempleado se centra en quienes están sin empleo, lo buscan activamente y tienen disponibilidad para incorporarse. Si uno de esos requisitos falla, la etiqueta cambia. ¿Te suena eso de querer trabajar, pero haber dejado de buscar? Para entenderlo sin enredarse, quédate con estas tres ideas:
- Los “activos potenciales” figuran como “inactivos” aunque estén disponibles para trabajar.
- Dentro de ellos destacan los desanimados, que dejan de buscar porque han perdido la confianza en encontrarlo.
Por lo tanto, los movimientos de cifras entre personas ocupadas, paradas e inactivas, influyen en las variaciones trimestrales de las estadísiticas.
Los desanimados y los vaivenes económicos que vuelven “invisibles” a muchos
Los desanimados suelen moverse con el ciclo. En momentos de bonanza, algunos vuelven a buscar empleo y pasan a ocupados o, si no encuentran trabajo inmediatamente, al paro.
Cuando la economía se tuerce, el camino inverso también se repite: ocupados y parados terminan engrosando las listas de los inactivos. Eso los vuelve “invisibles” para las categorías estadísticas más habituales. Vamos, que están, pero no cuentan como parados. Además, estos flujos de población activa son más intensos en España que en el resto de la UE.
Por qué el término “paro oculto” genera debate
El concepto de “paro oculto” es polémico. Sirve para un titular, pero no se puede decir que se trate de algo que se “esconde”, sino de una forma de mirar a colectivos que con el modelo estándar quedan “borrados” de la población activa. De hecho, el debate se avivó durante la pandemia, tal y como se reconoció entonces, y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) fija los requisitos de lo que se entiende por parado.
Por lo tanto, la idea no es cambiar la definición, sino observar a quienes están muy cerca de cumplirla. Síguenos a diario para conocer otras interesantes noticias sobre el mundo laboral.