Los datos del Observatorio trimestral del mercado de trabajo señalan que la afiliación a la Seguridad Social creció un 0,6% en el primer trimestre de 2025, con una estimación de la Contabilidad Nacional Trimestral que la sitúa incluso en el 0,8%. ¿Significa esto que la calidad del empleo está aumentando? A simple vista, parecería una gran noticia. Sin embargo, hay un repunte de la temporalidad (+0,7%) y menos horas trabajadas por persona, lo que ha llevado a una caída del PIB por ocupado (-0,3%). Esto dibuja un panorama mixto y un tanto preocupante.
Por qué el aumento de la afiliación no logra reducir la precariedad laboral en España
La elevada tasa de temporalidad, uno de los problemas estructurales del mercado español, ha vuelto a subir. Desde 2021 mantenía una tendencia a la baja, pero el arranque de 2025 ha supuesto un giro inesperado. Además, casi la mitad de quienes trabajan a tiempo parcial lo hacen de forma involuntaria. Esto contrasta con otros países, donde la parcialidad suele ser elegida. Por lo tanto, aunque aumente el número de ocupados, las condiciones laborales no mejoran al mismo ritmo. A continuación, se presenta una tabla con la variación del empleo por tipo de contrato:
Tipo de contrato | Variación en el 1T 2025 |
---|---|
Empleo indefinido | +0,3% |
Empleo temporal | +0,7% |
Por cuenta propia | +0,6% |
Estos datos confirman que el crecimiento se concentra en contratos temporales, lo que puede afectar a la estabilidad y a las perspectivas de futuro de muchos trabajadores.
Cómo la población extranjera sostiene la creación de empleo según el informe de 2025
De cada 10 nuevos empleos generados, alrededor de 7 corresponden a personas de nacionalidad extranjera. Su aportación ha sido clave para que la población activa aumente un 0,6%. Desde 2019, el empleo entre extranjeros se ha incrementado un 47%, frente al 3,6% de los nacionales. ¿Podría este colectivo seguir liderando la recuperación a corto plazo? Todo apunta a que sí, si se mantiene el ritmo de contratación en sectores de alta demanda de mano de obra.
Asimismo, el coste laboral creció un 3,8% en el primer trimestre, más moderado que en años previos, pero suficiente para elevar el coste laboral unitario debido a la baja productividad por ocupado. Este factor repercute en la competitividad de las empresas y podría frenar las subidas salariales.
La brecha salarial entre hombres y mujeres sigue representando un gran desafío estructural en España
La tasa de empleo de las mujeres se sitúa en un 47,1%, mientras la de los hombres alcanza el 56,9%. Además, la parcialidad femenina triplica a la de los hombres, y casi la mitad de quienes trabajan menos horas desean hacerlo a jornada completa. Aunque la brecha salarial ajustada ha bajado, sigue rondando el 12%. Las mujeres con educación básica son quienes más sufren esta desigualdad, lo que refleja un problema enquistado en el mercado laboral. Por otro lado, la brecha aumenta con la edad y se acentúa en contratos indefinidos. Esta realidad pone de manifiesto que todavía queda mucho camino por recorrer para lograr la equidad.
España registra más afiliados y una tasa de desempleo a la baja, pero la alta temporalidad y la brecha de género siguen empañando los buenos datos globales. Se espera que la tendencia positiva continúe, impulsada por la población extranjera, pero es urgente abordar la calidad del empleo y la igualdad de oportunidades. Conviene consultar los informes oficiales y, si te ves afectado por la precariedad, revisar las opciones formativas o nuevas vías de inserción laboral.