El término despido por bajo rendimiento es algo difuso, ya que en muchos casos es subjetivo, y dependerá de quien lo valore. Podría decirse que es un compendio de conductas que pueden llevar a la rescisión de un contrato laboral. Como explicaremos más adelante, si hay actuaciones del trabajador que son evidentes para que el despido se lleve a cabo. Sin embargo, cuando se trata de productividad, no hay un baremo al que agarrarse, salvo por ejemplo, en el sector de las ventas. A continuación vamos a poner luz a esta materia.
Conductas que pueden llevar al despido por bajo rendimiento
Para poder explicarlo con cierta nitidez, habría que separar en dos partes diferenciadas los motivos de la destitución. Incidir que no todos los motivos que llevan a este despido están legislados, por el hecho de no ser objetivo en algunas ocasiones. A continuación exponemos las conductas “tangibles” (entiéndase el uso que quiero darle a la palabra) que son motivo directo de expulsión laboral:
- Faltas de asistencia repetidas e injustificadas.
- Desobediencia, ofensas verbales y falta de disciplina.
- Abusos de la confianza en el desempeño de las tareas.
- Embriaguez habitual o toxicomanía que afectan negativamente al trabajo.
- Acoso a compañeros por motivos raciales, sexuales, religiosos o discapacidad.
Como se puede comprobar, son motivos evidentes y que no se rigen por el punto de vista de una persona concreta. En cualquiera de estos casos, la causa está más que justificada, por lo que el trabajador poco puede apelar al respecto.
La otra “pata de la silla”, serían los motivos “subjetivos”. Aquí se encuadra lo que reza el artículo, bajo rendimiento laboral. Si la persona ha reducido su productividad parece evidente que el despido está bien ejecutado. Pero en múltiples trabajos en los que no hay una transacción comercial, esta productividad que se exige, es subjetiva. Ha habido y habrá mil casos en el que un superior alega este motivo, pero sin poder demostrar fehacientemente que sea real. Ante esto, queda una vía abierta para la reclamación por parte del trabajador.
Requisitos para que sea válido un despido por poca productividad
Por un lado tenemos los motivos, se han explicado para que quede meridianamente claro, pero eso no es suficiente para ejecutar un despido por bajo rendimiento. La empresa tendrá que cumplir con una serie de obligaciones para que se haga efectivo, en caso contrario quedaría nulo en un juicio:
- Registro documental: La empresa debe tener registros objetivos y verificables que demuestren el bajo rendimiento del empleado. Esto puede incluir informes de evaluación, estadísticas de productividad, comparativas con el rendimiento de otros empleados, etc.
- Comunicación previa: Los empleados deben estar claramente informados sobre los resultados del mal desempeño de sus labores. Lo normal es que se le avise con anterioridad a los primeros síntomas de baja productividad.
- Procedimiento adecuado: El despido debe llevarse a cabo siguiendo el procedimiento legal correspondiente. Esto incluye el preaviso y la entrega de una carta de despido en la que se especifiquen claramente las causas del bajo rendimiento y la fecha efectiva del despido.
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