Seguro que más de uno ha fantaseado con mandar a paseo las prisas, el tráfico y las facturas y empezar de cero junto al mar. Sandra y Warner no se quedaron en la fantasía: vendieron su casa irlandesa, cogieron a sus dos peques y pusieron rumbo a Málaga. Ocho años después, su aventura no solo sigue en pie, sino que su inmobiliaria figura entre las más sonadas de la Costa del Sol. Pasaron de currar para pagar guardería a disfrutar de atardeceres con espeto en la mano.
¿Cómo arrancó esta aventura familiar?
Todo empezó en 2017, cuando la pareja se dio cuenta de que trabajaba más horas que un reloj para cubrir el cuidado de sus hijos. Con una hipoteca de solo 600 € al mes, el problema no estaba en la casa, sino en la guardería: 1.800 € mensuales se llevaban media nómina. Tras darle mil vueltas, decidieron vender la vivienda, subirse al avión y probar suerte en Málaga.
Dicho esto, no fue un salto al vacío. Llegaron alquilando un piso en Torremolinos, tantearon el terreno, aprendieron a decir “pescaito” con acento andaluz y comprobaron que los trámites para empadronarse y escolarizar a los niños no eran un monstruo de siete cabezas. En menos de un año compraron una casa y montaron su propia agencia inmobiliaria.
¿Cuánto ahorran cada mes?
Antes de decidirte a seguir sus pasos conviene mirar los números. No es ni más ni menos que una comparación de lo que pagaban en Irlanda frente a lo que desembolsan ahora en Andalucía.
Parémonos un segundo:
- Guardería en Irlanda: 1.800 € al mes
- Hipoteca en Irlanda: 600 € al mes
- Guardería en Málaga: 200 € al mes
- Cole público en Málaga (a partir de 3 años): 0 € (solo comedor opcional)
- Ahorro anual aproximado: 19.200 €
Si a eso le sumas gasolina, compras y ocio más baratos (todo a golpe de ofertas), entiendes por qué no quieren volver. Bajo estas cuentas, trabajan menos horas, pasan más tiempo en familia y aún les da para guardar en la hucha del futuro.
¿Cómo montaron un negocio que ya es historia en la Costa del Sol?
Con el colchón de la venta de su casa irlandesa (unos 250.000 € limpios en el bolsillo) empezaron a comprar y reformar viviendas en barrios con mucha rotación de turismo. El truco fue ofrecer alquileres de media estancia a nómadas digitales dispuestos a pagar bien por fibra rápida y aire acondicionado. Para gustos colores, pero su fórmula dio en el clavo: en cinco años habían vendido más de 40 propiedades y generado una facturación acumulada de 3,2 millones de euros.
A día de hoy su agencia cuenta con ocho empleados, sigue creciendo y colabora con ayuntamientos locales en proyectos de vivienda asequible. Ellos repiten que el secreto es tratar al cliente “como tratarías a un vecino que te pide sal”. Ese boca a boca les ha puesto en el mapa.
¿Qué pasos seguir si tú también sueñas con mudarte?
Antes de liarte la manta a la cabeza conviene planificar. Aquí tienes un itinerario básico con plazos realistas:
Paso | Cuándo hacerlo | Detalle práctico |
---|---|---|
Investigar el mercado (vivienda, colegios, sanidad) | 6-9 meses antes | Revisa portales, pide presupuestos de guardería y consulta citas en el consulado español. |
Vender tu propiedad actual | 4-6 meses antes | Negocia sin prisa, calcula gastos de plusvalía y guarda un fondo para imprevistos. |
Solicitar NIE y empadronamiento | Primer mes en España | Cita previa online, fotocopia del pasaporte y tasa de 9,84 €. |
Buscar vivienda definitiva | 2-4 meses después de llegar | Visita barrios en persona, compara hipotecas y comprueba transporte y fibra. |
Montar o trasladar tu negocio | A partir del mes 6 | Elige forma jurídica, date de alta en la Seguridad Social y aprovecha bonificaciones para autónomos. |
Con este calendario evitarás sorpresas y, lo más importante, aterrizarás con margen para adaptarte al clima, al idioma y al ritmo (más pausado) de la costa andaluza.
Sandra y Warner lo tienen claro: nadie les devolverá las horas de parque, playa y siestas compartidas que ahora disfrutan. Como ellos mismos dicen entre risas, “vivir para cobrar está sobrevalorado”. España les dio tiempo, sol y sobremesas largas; Irlanda sigue en el corazón, pero el libro de cuentas manda