Reservan mesa para seis y los echan del restaurante: el motivo divide a las redes

Sigue a Andaluciainforma en Google

La publicación de “Soy Camarero” reabre la discusión sobre los tiempos de espera en reservas: un cliente y el dueño de una pizzería ofrecen versiones enfrentadas y las redes toman partido.

A las 21:00 hay reserva para seis. Llegan tres puntuales, se sientan y piden una consumición. Veinte minutos después, los otros tres no aparecen. El gerente decide desalojar la mesa al considerar que el retraso bloquea el servicio en un local con pocas mesas. El cliente lo interpreta como una expulsión injusta. ¿Cuánto debe esperar un restaurante cuando falta parte del grupo?

Qué tiempo puede esperar un restaurante ante retrasos de comensales en reservas

El caso se ha popularizado gracias al influencer valenciano Jesús Soriano, conocido como “Soy Camarero”, que acostumbra a denunciar prácticas problemáticas en hostelería. Aquí, las versiones chocan: el comensal sostiene que bastaron veinte minutos para que les echaran pese a estar consumiendo; el propietario asegura que el grupo incompleto se prolongó hasta los 28 minutos y que no podía mantener una mesa bloqueada un sábado con solo tres mesas interiores disponibles. La comunidad que sigue a “Soy Camarero” coincide mayoritariamente en un margen de cortesía que no debería superar los quince minutos, especialmente en “hora caliente” con alta rotación. ¿Te parece razonable?

Procedimiento en hostelería cuando una mesa reservada llega incompleta y se retrasa

Este episodio ilustra una tensión habitual: garantizar el servicio sin penalizar a quienes sí llegan a tiempo. El cliente entiende que, aunque pidieran más tarde, iban a cenar igual. El restaurador, por su parte, prioriza la operativa: turnos rápidos, costes fijos a fin de mes y pocas mesas disponibles. Por lo tanto, libera la mesa y, además, anuncia que no atenderá al usuario si vuelve. De ahí que el debate se concentre en dos ejes: ¿prima la puntualidad del grupo completo o la atención a quienes ya están consumiendo? Y, sobre todo, ¿quién fija el límite del reloj?

En consecuencia, el conflicto no se reduce a “quién tiene razón”, sino a cómo gestionar expectativas. Una posible vía, siempre que ambas partes estén de acuerdo, pasa por comunicar desde el inicio el margen de espera, advertir del relevo de mesa y ofrecer alternativas si el grupo llega a cuentagotas. Dicho en plata: que nadie se lleve una sorpresa.

Reacciones de la comunidad de Soy Camarero sobre impuntualidad y tiempos de espera

En redes se han visto argumentos opuestos. Algunos usuarios censuran llegar tarde a una reserva; otros recuerdan que cualquiera puede demorarse por tráfico o aparcamiento. Ahora bien, la mayoría insiste en que el “tiempo de cortesía” no debería exceder los quince minutos, menos aún cuando el comedor está lleno y se necesita rotación para sacar el servicio. ¿Quién no ha vivido algo parecido con amigos que se retrasan? Pasa, y mucho. Antes de cerrar, estas son las cuatro claves que deja el caso para entenderlo de un vistazo:

  • Reserva para seis a las 21:00; solo tres llegan puntuales y consumen.
  • A los veinte minutos, el cliente relata que los echan por tardar en pedir.
  • El dueño habla de 28 minutos de retraso y pocas mesas disponibles.
  • En redes, se impone un margen máximo sugerido de quince minutos.

En definitiva, el episodio ha “traído cola” porque pone frente a frente dos realidades: la de quien espera a sus amigos y la de quien necesita rotar mesas para que el negocio sea viable. Por consiguiente, la clave está en anticipar reglas claras de espera y, si toca, negociar una solución intermedia que no castigue ni a la sala ni a los comensales puntuales. Para estar al tanto de otras noticias de actualidad, visita nuestra plataforma web de información.

Deja un comentario