La Ley de Propiedad Horizontal y el Código Civil dejan claro que muchas terrazas, aunque sean de uso privativo, se consideran elementos comunes.
Vivir en una comunidad implica aceptar ciertas normas. Aunque cada propietario tiene margen para hacer obras dentro de su piso o local, cuando se trata de elementos comunes la cosa cambia. Es el caso de muchas terrazas, de uso privativo pero pertenecientes al edificio. Por este motivo, cualquier cambio o reforma debe ser consultado antes al resto de propietarios.
Qué dice la Ley de Propiedad Horizontal sobre cambiar el suelo de la terraza
Una de las dudas más habituales es sencilla: ¿se puede cambiar el suelo de la terraza sin pedir permiso a nadie? La respuesta, según la Ley de Propiedad Horizontal, es negativa, salvo autorización expresa de la comunidad.
El punto de partida está en el artículo 396 del Código Civil, que considera las terrazas, en general, elementos comunes de uso privativo. Esto quiere decir que el propietario puede disfrutar de ellas, pero el fondo de la terraza, su estructura y su pavimento forman parte del inmueble compartido.
Además, el artículo 7.1 de la Ley de Propiedad Horizontal permite modificar elementos de la vivienda siempre que no se altere la seguridad, la estructura ni el aspecto exterior del edificio ni se perjudique a otros vecinos. En consecuencia, cuando la obra afecta a un elemento común, la normativa impide realizar cambios sin el acuerdo previo de la comunidad.
Por otro lado, la ley también exige que cualquier obra que se quiera llevar a cabo se comunique antes al representante de la comunidad. No sirve avisar cuando el suelo ya está colocado y el conflicto encima de la mesa.
Consecuencias de cambiar el suelo de la terraza sin permiso vecinal
Cambiar el pavimento de la terraza sin permiso no es un simple detalle estético. Supone una modificación visible y permanente de un elemento común del edificio. De ahí que, si un vecino decide hacerlo por su cuenta, esté incumpliendo lo previsto en la Ley de Propiedad Horizontal.
En estos casos, la comunidad puede ejercer las acciones legales necesarias para obligar a que la terraza vuelva a su estado original. Es decir, el propietario puede verse obligado a levantar el nuevo suelo y a asumir el coste de reponer el pavimento anterior. ¿Merece la pena arriesgarse por no haber pedido autorización a tiempo? Para entender mejor qué se puede hacer y qué no, puede resultar útil esta tabla resumen:
| Actuación | ¿Requiere permiso de la comunidad? |
|---|---|
| Obra en el interior que no afecta a elementos comunes | No |
| Cambio del suelo de una terraza considerada elemento común | Sí |
| Modificación de otros elementos comunes del edificio | Sí |
| Colocar un revestimiento desmontable sobre el pavimento original | No |
En resumen, cuando la obra modifica un elemento común, el permiso de la comunidad es imprescindible. Solo en las actuaciones que no alteran esos elementos, o en las que se trata de soluciones fácilmente reversibles, el propietario puede actuar con mayor libertad.
Alternativas para renovar la terraza sin modificar elementos comunes del edificio
¿Qué opciones tiene el propietario si la junta de vecinos rechaza la obra? En primer lugar, debe buscar soluciones que no alteren el elemento común y puedan retirarse sin dejar huella en el pavimento original. Entre las posibilidades más habituales están, por ejemplo, colocar césped artificial o suelos vinílicos específicos para exterior, que no requieren obra y pueden retirarse sin dañar el pavimento original.
Este tipo de revestimientos permiten mejorar el aspecto y la comodidad de la terraza sin modificar su estructura ni el suelo común del edificio. Por tanto, se convierten en una alternativa práctica para quienes quieren renovar el espacio sin vulnerar la normativa.
Al final, la conclusión es clara: antes de cambiar el suelo de la terraza o realizar cualquier otra reforma, conviene revisar qué tipo de elemento es y preguntar a la comunidad. Así se evitan conflictos y gastos inesperados. Síguenos para conocer más noticias de actualidad.