Pon en marcha estos sencillos trucos para cargar el móvil y alargar la vida útil de la batería

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Cuidar la batería del smartphone se ha convertido en un gesto básico de bienestar digital: con estos consejos alargarás su vida útil.

Usar el cargador original, evitar las cargas extremas y controlar la temperatura del dispositivo son, según los expertos, los tres pilares para que la batería no pierda capacidad antes de tiempo. En un momento en el que el móvil es casi una extensión del cuerpo, la forma en la que lo cargamos pesa mucho más de lo que parece.

Por qué la forma de cargar el móvil condiciona su vida útil

El primer consejo de los expertos es claro: siempre que sea posible, conviene utilizar el cargador original del teléfono o, como mínimo, uno homologado por el fabricante. No es solo una cuestión de marca, sino de seguridad y rendimiento.

Cada firma trabaja con sus propios estándares de carga, con voltajes e intensidades específicos. Si se emplea un cargador genérico o de otro modelo, el dispositivo puede tardar más en cargar, hacerlo de forma ineficiente o calentarse más de la cuenta. Por este motivo, priorizar cargadores oficiales es una inversión directa en la salud de la batería.

Trucos diarios para cargar el teléfono sin castigar la batería

Más allá del cargador, la gran norma de oro está en el porcentaje: lo ideal es mantener la batería entre el 20% y el 80%. Dejar que el móvil llegue al 0% o, por el contrario, tenerlo siempre al 100% termina degradando las celdas internas y reduciendo su autonomía con el tiempo.

En este sentido, los especialistas recomiendan realizar cargas en lapsos cortos a lo largo del día en lugar de apurar hasta que el teléfono se apaga. Los móviles con iOS 13 y versiones posteriores incorporan un sistema de carga optimizada que limita el proceso para no mantenerse horas al 100%, mientras que en otros sistemas se pueden utilizar aplicaciones que ayudan a controlar estos niveles.

Eso no significa que haya que olvidarse para siempre del 100%. Una vez al mes es aconsejable hacer una carga completa para “reajustar” el sistema y ayudar a que el dispositivo mida mejor la energía disponible. Este gesto, puntual y controlado, complementa la rutina diaria de mantener la batería en esa franja saludable del 20% al 80%.

Temperatura, carga rápida y uso del móvil mientras carga, una combinación delicada

La temperatura es otro factor decisivo. La banda ideal para cargar el móvil se sitúa aproximadamente entre los 16 y los 22 grados. Hacerlo en un ambiente muy caluroso, al sol, cerca de radiadores o con fundas gruesas no certificadas, puede disparar la temperatura de la batería y dañarla de forma irreversible. El frío extremo, en cambio, ralentiza la carga, pero la batería suele volver a su comportamiento normal cuando la temperatura se estabiliza.

También la humedad juega en contra: puede acelerar la descarga y provocar daños internos, por lo que conviene evitar cargar el dispositivo en lugares muy húmedos, como el baño tras una ducha caliente. A esto se suma otro hábito muy extendido que conviene desterrar: utilizar el móvil mientras está conectado. Navegar, jugar o ver vídeos durante la carga aumenta el calor y acelera el desgaste de la batería.

La carga rápida merece mención aparte. Aunque es una aliada cuando vamos con prisa, se recomienda reservarla para momentos puntuales. Forzar siempre la máxima potencia de carga supone un estrés añadido para la batería. Si, además, se detecta que el porcentaje de carga no se muestra con precisión, es conveniente calibrar la batería una vez al mes siguiendo las indicaciones del fabricante: cargar al 100%, descargar por completo, dejar el móvil apagado unas ocho horas y, después, volver a cargarlo apagado durante otro periodo similar.

Cómo estos cuidados del móvil influyen en ahorro y sostenibilidad

El cuidado de la batería también pasa por la limpieza. Mantener limpios el dispositivo, el puerto de carga y el propio cargador ayuda a que la energía circule correctamente. Polvo, pelusas o humedad en los conectores pueden provocar fallos intermitentes y calentamientos. El cable debe limpiarse siempre desenchufado y, si se observa cualquier daño, lo más prudente es dejar de usarlo y acudir al servicio técnico.

Si el teléfono va a pasar una temporada en un cajón, tampoco da igual cómo se guarda. Los especialistas recomiendan dejarlo con alrededor del 50% de batería, evitando tanto almacenarlo completamente cargado como totalmente descargado, dos situaciones que aceleran el deterioro interno de la batería de litio.

En última instancia, la batería es uno de los componentes más delicados del smartphone. Está formada por materiales sensibles que sufren con las altas temperaturas, las descargas completas, las cargas excesivas o el uso de cargadores de dudosa procedencia. Cuidarla no solo alarga la vida del dispositivo y retrasa la compra de uno nuevo, sino que también supone un gesto de ahorro y sostenibilidad en el día a día.

Cambiar algunos hábitos al cargar el móvil puede ser un pequeño paso… con un impacto muy grande en cómo vivimos conectados. Conoce más consejos que puedes aplicar en tu día a día, visitando nuestra sección de estilo de vida.

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