¿Has notado un coro de “¡plack, plack!” rebotando estos días entre las calles empedradas de Málaga? Si has pasado por la plaza del Obispo, lo mismo pensaste que era una obra municipal con ritmo propio. Nada de eso. Era el pickleball —(esa mezcla gamberra de tenis, pádel y bádminton que triunfa al otro lado del Atlántico) descubriendo al fin su cara más española. Durante la semana, el casco histórico se convirtió en una pista a cielo abierto donde 300 jugadores de 14 nacionalidades se midieron sin complejos y con mucho arte. El estreno del Pickle Pro Tour, apadrinado por la Real Federación Española de Tenis (RFET) y Cervezas Victoria, dejó claro que aquí caben tanto la tradición cofrade como el deporte más novedoso. Y lo mejor: la fiesta promete repetirse.
¿Qué es el pickleball y por qué engancha tanto?
El nombre suena gracioso y el juego, visto de cerca, es todavía más adictivo. Se juega con una pala maciza y una pelota perforada de plástico; la pista se parece a la de bádminton, pero la red recuerda a la del tenis. La gracia está en que cualquiera puede empezar a pelotear en diez minutos y acabar sudando como si llevara años en un club.
- La pista mide 13,41 m × 6,10 m, menos intimidante que una de tenis.
- El saque siempre es bajo y en diagonal; olvídate de los cañonazos de 200 km/h.
- No se puede volear dentro del “kitchen” (zona de 2,13 m junto a la red).
- Se juega a 11 puntos, con ventaja de dos; partidos rápidos y muy televisivos.
- Las palas no tienen cordaje: di adiós a las roturas de cuerda y a la factura del encordador.
En consecuencia, el deporte se vuelve inclusivo, barato y tremendamente competitivo a la vez. No es casualidad que grandes figuras del pádel y del tenis se asomen ya a los torneos con la misma curiosidad con la que tú miras la carta de tapas nuevas en tu bar favorito.
Cómo se fraguó el primer Pickle Pro Tour en Málaga
Convencer al Ayuntamiento para plantar una pista central en pleno centro histórico no fue, precisamente, rellenar un formulario y santas pascuas. Hubo que coordinar licencias, cortes de calle, montar gradas desmontables y, de paso, asegurarse de que los vecinos no perdían el sueño con el “plack‑plack” nocturno. El resultado mereció la pena: la ciudad ganó un espectáculo gratuito y televisado; el circuito, su presentación de gala.
Categoría | Campeones | Marcador de la final |
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Individual masculino | Pep Canyadell | 2‑0 a Álvaro Dóyega |
Individual femenino | Rocío Cardo | 2‑1 a Paula Levinsky |
Dobles masculino | David Illescas / Jesús García | 2‑1 a Canyadell / de Rueda |
Dobles femenino | Glauka Carvajal / Sabrina Méndez | 2‑0 a la pareja rival |
Dobles mixto | Canyadell / Carvajal | 2‑0 a Méndez / Eleana Rodino |
Detrás de cada punto vibraban nombres propios: Miguel Díaz (presidente de la RFET) o Ramón Agenjo (Cervezas Victoria) no se despegaron de la grada. Y, entre partido y partido, hubo degustaciones, música en directo y fotos que ya circulan por redes con aroma a campaña turística.
¿Qué impacto deja el torneo para Málaga… y para tu bolsillo?
Además del empujón mediático, el evento movió alojamiento, hostelería y transporte en temporada baja. Hoteleros hablan de un 12 % más de ocupación entre el 19 y el 23 de junio de 2025, mientras los restaurantes cifran en unos 150 € el gasto diario por visitante. Eso sin contar el impulso a las tiendas de material deportivo, donde las palas de pickleball (desde 35 hasta 180 € la unidad) volaron más rápido que las rebajas de enero.
Por otro lado, la RFET calcula que un jugador amateur gasta unos 90 € anuales en cuotas y reservas para practicar el deporte. Comparado con los 400 € que cuesta mantener una temporada de tenis federado, suena casi a ganga. Así que, ironías de la vida, un deporte nacido de la mezcla se cuela como alternativa low‑cost en plena escalada de precios.
Pasos para empezar a jugar pickleball hoy mismo
En primer lugar, localiza una pista cercana: en Málaga ya hay cuatro clubes y varios polideportivos municipales que han pintado las líneas a toda prisa. Después, bastan unas deportivas con suela que agarre y una pala básica; pregunta por las de “composite” si no quieres que la madera te pese como un ladrillo. Por último, acércate a una pachanga abierta: la comunidad suele organizar partidos rotatorios para que nadie se quede fuera.
Si vives lejos de la capital, echa un ojo a la web de la Federación Andaluza de Tenis; actualizan semanalmente las pistas disponibles y los horarios de introducción gratuita. Así que, si te apetece probar algo nuevo, divertido y relativamente barato, ya no tienes excusa: el pickleball ha llegado para quedarse y, quién sabe, lo mismo te ves compitiendo en el Pickle Pro Tour 2026.