La Junta fija un marco para valorizar la Rugulopteryx okamurae siempre que la biomasa sea inactivada. El plan detalla cómo recoger, secar e inertizar las algas por gestores autorizados.
La Junta de Andalucía ha sentado las bases para aprovechar la biomasa del alga invasora Rugulopteryx okamurae como materia prima. El nuevo Plan de gestión, aprobado el pasado verano, permite su valorización, como compost o fertilizante, si antes se inactivan los talos para evitar nuevos focos y propagación. No es poca cosa: lo que hasta ahora era un residuo costoso gana salida y utilidad.
Quiénes podrán aprovechar la biomasa y bajo qué condiciones técnicas obligatorias
El documento se dirige a gestores autorizados, que serán quienes realicen la recogida, el secado y la inactivación de los talos (el cuerpo del alga). La clave es disminuir a cero la capacidad de dispersión. Solo tras ese tratamiento, la biomasa podrá emplearse como base para compostaje o producción de fertilizantes. ¿Para quién supone una oportunidad? Para las empresas gestoras y, de rebote, para actividades ligadas al suelo agrario.
Fechas clave, marco legal vigente y cómo se encaja este plan
Hasta ahora, la legislación estatal cataloga a la Rugulopteryx okamurae como especie exótica invasora, salvo si se produce la inactivación de los talos. Andalucía regula ese proceso con detalle, desbloqueando la valorización y abriendo un campo pionero en España. El plan, además, se define como abierto a nuevas aportaciones científicas. A continuación se resumen los hitos que explican por qué este paso llega ahora y con estas condiciones.
| Año / fecha | Hito normativo o de gestión | Alcance y efecto principal |
|---|---|---|
| 2015 | Detección en el Estrecho de Gibraltar | Inicio de la expansión, con arribazones en la costa de Ceuta |
| 2020 | Inclusión en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras | Reconocimiento del riesgo y necesidad de control |
| 2022 | Calificación en la UE como especie exótica invasora de preocupación | Impulso a planes de gestión autonómicos |
| 2022 | Estrategia estatal de control de la Rugulopteryx | Marco que encomienda a comunidades y ciudades autónomas elaborar planes |
| Verano (última aprobación) | Plan andaluz de gestión de biomasa | Regula inactivación e inertización y posibilita la valorización |
Este encaje legal explica que el uso comercial sea posible, pero siempre bajo control y con barreras frente a nuevos episodios de dispersión.
Procedimiento paso a paso para recoger, secar e inertizar las algas
El plan establece pautas exhaustivas para el manejo de la biomasa antes de su aprovechamiento. Dicho pronto y claro: sin tratamiento, no hay valorización. ¿Qué cambia ahora en el día a día de los gestores? Estos son algunos puntos a tener en cuenta:
- Recogida de arribazones por gestores autorizados.
- Secado de la biomasa.
- Inactivación o inertización de los talos (cuerpo completo del alga).
- Uso como base para compost o fertilizantes.
Tras este flujo, la biomasa deja de ser un residuo sin salida y entra en un circuito de aprovechamiento. Por tanto, el objetivo es doble: reducir el impacto en playas y puertos y, al mismo tiempo, generar un recurso útil.
Qué organismos públicos participan y cómo coordinan la gestión de biomasa
La Estrategia estatal de 2022 asigna a comunidades y ciudades autónomas, mediante sus departamentos de conservación de la biodiversidad y en colaboración con otras autoridades, la elaboración de planes de gestión. De ahí que el plan andaluz nazca de ese marco y concrete quién hace qué: los gestores autorizados operan sobre el terreno y la administración autonómica fija requisitos y supervisa.
Además, la estrategia nacional recuerda que la retirada de arribazones busca mantener los servicios recreacionales de las playas, el buen estado ecológico del litoral y el control poblacional. En determinadas situaciones, el aprovechamiento económico puede contribuir a ese control al incentivar retiradas adicionales.
Impacto ambiental y razón de impulsar una valorización controlada y segura
La Rugulopteryx okamurae se ha extendido desde Cabo de Gata hasta Puerto Sherry, con Huelva como excepción. Las masas de algas alteran ecosistemas, afectan a especies autóctonas y repercuten en actividades como la pesca o el turismo. Ante la imposibilidad de erradicarla a corto o medio plazo, avanzar hacia la inertización y el uso controlado es una respuesta pragmática. Eso sí, no todo vale: hay valorizaciones inviables cuando las algas de playa se mezclan con arena u otras especies, lo que limita su aprovechamiento.
En consecuencia, la vía andaluza apuesta por ordenar la retirada y transformación de la biomasa para aliviar la presión en el litoral y convertir un problema en recurso, con todas las garantías. Síguenos para conocer otras interesantes noticias de actualidad.