Ensaladas de bolsa bajo sospecha tras descubrirse toxoplasmosis en varios países europeos

El hallazgo, avalado por un estudio en diez países europeos, alerta a embarazadas y personas inmunodeprimidas de la conveniencia de lavar siempre las verduras listas para consumir.

Comer sano, sí, pero con precaución. Un análisis coordinado por el Centro Europeo para el Control de Enfermedades revela la presencia del parásito Toxoplasma gondii en el 4 % de las más de 3.000 bolsas de ensalada examinadas en España, Portugal, Italia y otros siete países. El protozoo suele pasar inadvertido, aunque puede causar complicaciones graves en colectivos vulnerables. ¿La recomendación clave? Enjuagar las hojas, aun cuando el envase prometa que son “listas para consumir”.

Cómo afecta el parásito de la toxoplasmosis a embarazadas e inmunodeprimidos según las autoridades sanitarias

La toxoplasmosis rara vez presenta síntomas en la población general: un catarro leve y poco más. Sin embargo, el panorama cambia para las embarazadas, porque la infección puede provocar abortos o malformaciones fetales, y para quienes tienen las defensas bajas, que podrían sufrir daños neurológicos o respiratorios. El parásito llega a la cadena alimentaria a través de heces de felinos que contaminan suelos y aguas de cultivo.

Por qué las ensaladas de bolsa exigen un lavado previo aun cuando dicen “listas para comer”

La investigación, financiada por la Unión Europea, midió la prevalencia de Toxoplasma gondii en diez países. El Reino Unido encabezó la lista con un 16 % de muestras positivas; Noruega y la República Checa apenas rozaron el 0,5 %. España calca la media europea, lo que demuestra que el riesgo no es anecdótico. ¡Menuda sorpresa para un producto que muchos consideran seguro al cien por cien! Estas son las incidencias detectadas por país:

PaísMuestras positivas (%)
Reino Unido16,0 %
España4,0 %
Portugal4,0 %
Italia4,0 %
Alemania4,0 %
Noruega0,5 %
República Checa0,5 %

Como ves, las diferencias son notables. Por ello, los autores reclaman que la planta de envasado figure en la etiqueta, práctica que ya han adoptado Francia o Dinamarca para facilitar la trazabilidad.

Pasos sencillos para lavar y manipular las verduras empaquetadas sin correr riesgos innecesarios en la cocina diaria

¿Y si ya las compraste lavadas? No pasa nada. Sigue estos gestos para reducir al mínimo la posibilidad de infección:

  1. Vacía la bolsa en un colador amplio.
  2. Aclara con agua potable durante 30 segundos, removiendo las hojas con la mano.
  3. Escurre bien y seca con papel de cocina limpio.
  4. Mantén la cadena de frío y consume la ensalada en las 24 horas siguientes.

Conviene, además, desinfectar la tabla y el cuchillo si has cortado carne cruda justo antes. De ahí que sea preferible separar las zonas de preparación.

Medidas de seguridad alimentaria que reclama la investigación y los organismos europeos para frenar la contaminación parasitaria

El estudio de Eurosurveillance no se queda en la foto del problema. Propone reforzar los controles en productos “listos para comer”, implantar protocolos de análisis de parásitos en toda la UE y regular las colonias de gatos callejeros cercanas a explotaciones agrícolas. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ya había advertido de la falta de pautas comunes y ve urgente armonizar los métodos de detección. Aquí mostramos una lista rápida de recomendaciones oficiales:

  • Consumir verduras lavadas y escurridas, incluso si son de cuarta gama.
  • Cocinar bien las carnes y evitar embutidos caseros poco curados.
  • Optar por lácteos pasteurizados.
  • Lavar manos y utensilios tras manipular alimentos crudos.

Por tanto, la responsabilidad se reparte entre productores, distribuidores y consumidores. Las empresas deben mejorar la trazabilidad; los servicios veterinarios, vigilar la presencia de felinos en campos de cultivo; y nosotros, en casa, aplicar buenas prácticas higiénicas.

Las ensaladas de bolsa siguen siendo una opción cómoda para aumentar el consumo de vegetales, pero la evidencia científica aconseja un paso extra: enjuagar siempre las hojas. Así, evitarás que un protozoo pase desapercibido y proteges a quienes más lo necesitan. ¿Te animas a incorporar este sencillo hábito antes de tu próxima comida?

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