El apagón eléctrico que este lunes dejó a oscuras a la práctica totalidad de la Península Ibérica podría no ser un hecho aislado. Expertos en energía aseguran que el riesgo de que vuelva a ocurrir un cero energético sigue presente si no se abordan con urgencia las debilidades estructurales del sistema eléctrico español. Las principales causas: el fuerte aumento de renovables sin un crecimiento paralelo en almacenamiento ni en infraestructuras de conexión con el resto de Europa.
A las 12:33 del mediodía, se produjo una caída brusca de 15 gigavatios de potencia —el 60% de la demanda de ese momento— durante cinco segundos. Fue suficiente para provocar una desconexión en cascada que dejó sin suministro a millones de usuarios. Un apagón total en cuestión de segundos, cuya causa sigue sin aclararse por completo.
Energías renovables, almacenamiento insuficiente y una red frágil
Julio Amador, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid, advierte que el sistema eléctrico actual es vulnerable por su estructura: “Estamos incorporando muchas renovables, pero no al mismo ritmo estamos aumentando el almacenamiento energético ni reforzando las interconexiones con Francia y Europa”. A su juicio, esto crea un escenario “altamente inestable”, donde un fallo puntual puede desembocar en un apagón de gran magnitud.
Tampoco descarta nuevos incidentes Mario Sánchez-Herrero, profesor de la Universidad Complutense de Madrid: “Podría repetirse en cualquier momento si se dan las condiciones que lo provocaron. Por eso es clave identificar la causa concreta y aplicar las medidas necesarias cuanto antes”.
Desde Red Eléctrica han descartado de forma categórica que se trate de un ciberataque. Según los primeros análisis, todo apunta a una pérdida de generación en la zona suroeste peninsular, posiblemente relacionada con fuentes solares. En apenas cinco segundos, el sistema se vio sumido en una inestabilidad que derivó en el cero energético. Aun así, los responsables insisten en que se trata de conclusiones preliminares y la investigación sigue en marcha.
Una respuesta eficaz, pero con consecuencias económicas
Lo que sí reconocen todos los expertos es la buena gestión de Red Eléctrica en la recuperación del servicio, que se restableció completamente en menos de 24 horas. “La actuación ha sido impecable. Hay que tener en cuenta que una desconexión de este tipo obliga a una reconexión escalonada. No se puede recuperar todo de golpe sin riesgo de recaída”, explica Amador.
Aun así, el coste del apagón ha sido notable. Según estimaciones de la CEOE, las pérdidas económicas ascienden a 1.600 millones de euros, lo que equivale al 0,1% del PIB. No es una cifra dramática en términos macroeconómicos, pero podría tener consecuencias a medio plazo. Sánchez-Herrero advierte que la imagen de fiabilidad del sistema eléctrico español podría verse comprometida, lo que dificultaría la atracción de nuevas inversiones, especialmente en sectores como los centros de datos, que valoran la estabilidad energética por encima de todo.
El futuro pasa por reforzar la red y garantizar la estabilidad
El Gobierno ha reaccionado anunciando una comisión de investigación dependiente del Consejo de Seguridad Nacional para esclarecer lo sucedido. Además, Pedro Sánchez ha pedido colaboración a las grandes eléctricas y ha prometido reformas estructurales para evitar que este tipo de fallos se repita.
Pero los retos son considerables. Las infraestructuras necesarias para reforzar las interconexiones con Europa son costosas y complejas desde el punto de vista ambiental y social. Los grandes corredores eléctricos proyectados por el litoral atlántico y mediterráneo siguen en fase de desarrollo, y su ejecución no será inmediata.
Mientras tanto, el sistema sigue dependiendo de un equilibrio frágil entre producción renovable, consumo y capacidad de respuesta. Y ese equilibrio, como ha quedado claro, puede romperse en cuestión de segundos. Continúa informado visitando la sección de actualidad de nuestro periódico digital.