De estación olvidada a epicentro cultural: Cádiz pone fecha a su gran proyecto

¿Te acuerdas de aquella vieja estación de Cádiz a la que ibas a recoger a la abuela cuando el tren llegaba con retraso? Ahora imagínatela llena de música, platos que huelen a gloria y un chef apurando los fogones donde antes solo había maletas. Después de casi diez años de promesas y obras a medio gas, al fin hay fecha (y dinero contante y sonante) para darle vida de nuevo. El empresario gaditano Rafael Casillas, conocido por montar el Concert Music Festival en Sancti Petri, ha decidido poner toda la carne en el asador y llevarse la estación a su terreno. Su objetivo es convertir sus 5.000 metros cuadrados en el epicentro culinario y cultural de la Bahía. Si te suena a sueño, sigue leyendo: aquí van los porqués, los cómos y, sobre todo, los euros que lo harán posible.

¿Por qué Cádiz recupera su antigua estación de tren?

La terminal, inaugurada en 1905, llevaba dos décadas rehabilitada, pero bajo mínimos: apenas se usó para la Cumbre Iberoamericana de 2012 y la fiesta del 150 aniversario de Diario de Cádiz. El primer plan (un mercado gastronómico al uso) quedó obsoleto en cuanto proliferaron espacios similares en media España. Por eso, Casillas ha apostado por algo más ambicioso: un recinto multifuncional que combine eventos de gran formato y cocina de primer nivel.

Además, la ubicación es un caramelo. Está pegada al muelle de cruceros, que en 2024 recibió a 700.000 visitantes, y a un paseo del Palacio de Congresos. Con ese flujo constante de pasajeros, Cádiz ganará un reclamo para alargar estancias y, de paso, llenar hoteles, bares y taxis. La idea, en suma, es que la estación deje de ser un monumento fantasma y vuelva a latir como en los tiempos del vapor… pero sin hollín.

¿Qué va a cambiar dentro del edificio centenario?

Hasta hace nada se pensaba en instalar pequeños puestos dentro de vagones de tren recreados, muy mono, sí, pero poco práctico para conciertos o ferias grandes. El nuevo diseño elimina esos compartimentos y deja una nave diáfana donde caben desde desfiles de Carnaval hasta congresos de tecnología. Y todo sin quitarle un ápice de encanto al ladrillo visto ni a las cerchas metálicas originales.

En la parte gastronómica, se contemplan seis o siete locales: cocina mediterránea, pizzería, hamburguesería artesanal, cafetería… pero ojo, Casillas insiste en que “no se alquilará a cualquiera”. Cada operador deberá mantener un estándar alto para que el visitante encuentre calidad y no una trampa para turistas. Además, el recinto tendrá su propia cocina central bajo la batuta de un chef de renombre (nombre aún por cerrar) para eventos y showcookings.

¿Cuánto cuesta la broma y quién pone el dinero?

Hablando claro: el proyecto se cifra en 6 millones de euros. Seis milloncitos que, aunque suenen a calderilla comparados con el presupuesto de una autopista, no caen del cielo. La inversión corre íntegra a cargo de la empresa Concert Tour, propiedad de la familia Casillas. Ese respaldo evita la típica parálisis de burocracia y socios que se tiran los trastos a la cabeza por un enchufe.

El edificio es de Adif, pero la cesión se articula a través de una concesión administrativa (un permiso oficial que permite explotar el inmueble a cambio de un canon) ya aceptada por la gestora ferroviaria. El Ayuntamiento, por su parte, construirá un parking subterráneo y un parque entre la estación y la muralla de la Cuesta de la Calesa, mientras que Adif urbaniza la avenida de Astilleros. Así cada uno paga su parte y no hay excusas para retrasos eternos.

¿Cuándo podremos entrar y qué falta por hacer?

El rediseño interior se está cerrando estos días. Si los permisos municipales llegan a ritmo decente, las obras arrancarán antes de que acabe 2025. El plazo de ejecución previsto es de 18 meses: un año y medio para transformar andenes en pasarelas de eventos y montar las cocinas sin romper nada histórico.

Durante ese tiempo se negociará la llegada de los restaurantes y se perfilará una programación “non‑stop” que incluirá conciertos, exposiciones, ferias gourmet e incluso actividades navideñas. En paralelo, Barceló mantiene en cartera su hotel sobre el vestíbulo de la estación actual, pero esa obra irá por libre y no interferirá en la agenda del nuevo complejo.

Cómo sacarle partido a la nueva estación: 5 ideas para no perderse

Antes de que levantes la ceja preguntándote qué pinta todo esto en tu día a día, aquí tienes un pequeño manual de uso práctico:

  1. Reserva mesa con tiempo. En cuanto abran los siete locales, la demanda turística subirá como la espuma; mejor planificar que acabar en la cola.
  2. Compra tus entradas online. Los conciertos y ferias tendrán aforo limitado; evitamos disgustos y burocracia in situ.
  3. Aprovecha el parking subterráneo. Estará a 50 metros de la puerta principal y te ahorra vueltas por el centro.
  4. Combina plan cultural y gastronómico. Un showcooking a mediodía y una exposición por la tarde te dejan día redondo sin cambiar de edificio.
  5. Súmate al programa local. Habrá actividades de Carnaval, Navidad y talleres para escolares que abren las puertas a los gaditanos de siempre, no solo a turistas.

Así, cualquiera (curioso ocasional o profesional de congresos) podrá sacarle jugo a una estación que llevaba años cerrada a cal y canto.

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