El cortisol les sube de forma automática a muchas personas cuando comienza atrás para la noche de Navidad. Y, en lo que parece ser una reunión, puede llegar a ser un suplicio para quienes no comulgan con los pensamientos o ideales de otros miembros de su familia a quienes solamente ven una vez al año. Por estos motivos, los psicólogos recomiendan seguir algunas pautas, y así ahorrarse discusiones o desgaste mental. Te informamos más, a continuación.
Conflictos familiares en Navidad
Ya lo dijo Tolstoti: “Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera”. Pese a que el término de infelicidad es relativo, sí que es cierto que no todas las familias se comportan de la misma forma. Muchas presentan una evidente disfuncionalidad, y otras, en los casos menos graves, disparidad entre algunos de sus miembros. Aquí entra en juego la presencia del tópico del famoso cuñado, quizás, una de las más temidas.
¿Quién es el cuñado?
Desde hace un tiempo circula como la pólvora el arquetipo de hombre nacido antes de los 80. El cuñado tiene un perfil adaptado a los amadores (La que se avecina), o, entre los más mayores, en los Alfredo Landas de turno y tiene acusadas reticencias para adaptarse al progresismo y a los valores actuales. Este miembro de la familia suele ser un opinólogo, con un sentido del humor añejo y con debilidad por las bromas con tintes machistas, racistas y clasistas.
El cuñado, le pregunta a su sobrina “cuándo se echará novio”, se queja de que “ya no se puede decir nada” y de que “se está llevando todo a unos extremos”… Son un sinfín de clichés los que encaran al cuñado de España. Estos se reproducen en miembros de muchas familias, lo que puede conllevar a malestares innecesarios durante las cenas. Ante esto, los psicólogos, dan una serie de consejos, no aplicados solamente para el cuñado. Son los siguientes:
No responder a la provocación
Justin Gillis, terapeuta clínico del Hospital McLean afiliado a Harvard, señala que,aunque resulte tentador y complicado, no entrar en el juego de las preguntas capciosas o maliciosas por parte de un familiar. En esos momentos es mejor cambiar abiertamente de tema y redirigir la conversación hacia algo más neutral o positivo.
Establecer límites saludables
Recomendado especialmente para las personas que están pasando por un momento delicado a nivel emocional o tienen una relación familiar que va más allá que una discusión navideña. El psicólogo Henry Cloud, recuerda en su libro el poder de establecer límites para proteger tu bienestar emocional y físico.
Evitar ciertos temas y rechazar amablemente si alguien quiere hablar de ellos
Esto va acuñado también a no responder a la provocación. Pero puede ser que antes, quieras hablar de algo importante para ti que sepas que puede provocar reacciones en alguien de la mesa, que tiene una postura contrapuesta a la tuya. Lo recomendable es que, si no habla otra persona, no saques el tema a colación, y que limites la interacción si un miembro de tu familia te incomoda mucho.
Conclusiones
Fechas tan señaladas como la Navidad pueden ser sinónimo de ansiedad y malestar, e incluso pueden provocar ganas de eludir las cenas navideñas. Por ello, resaltamos que estos consejos son para situaciones generales ya que cada persona tiene su propio contexto ante el cual puede optar por resolverlo de otras maneras o pedir ayuda psicológica.Si no quieres perderte más información sobre este tipo de noticias, puedes visitar la sección de actualidad.