España se prepara para un episodio meteorológico poco habitual. En el Atlántico se están desarrollando dos fenómenos conocidos como ciclogénesis explosiva, que implican caídas rápidas y severas en la presión atmosférica. Esto generará importantes consecuencias en el clima del país. ¿Estamos listos para hacerles frente? No todas las borrascas son iguales, y la ciclogénesis explosiva es un ejemplo claro de ello. Este fenómeno se produce cuando la presión atmosférica desciende de forma abrupta, más de 18-20 hPa en 24 horas. ¿El resultado? Tormentas, lluvias fuertes y vientos que pueden alcanzar velocidades extremas. Aunque estos eventos no son inéditos, el debate está en si el cambio climático podría hacerlos más habituales.
Primera borrasca: impacto inminente
La primera ciclogénesis está al caer. Según los últimos modelos meteorológicos, el miércoles se formará una en el Cantábrico, con una caída de presión que rondará los 19 hPa. Esto podría traducirse en lluvias intensas y fuertes vientos que afectarían principalmente al norte del país entre el jueves y el viernes. El impacto no será uniforme: algunas regiones sufrirán más que otras.
Segunda borrasca: una amenaza más profunda
El segundo fenómeno es aún más preocupante. Se espera que el viernes, cerca de las islas Británicas, la presión atmosférica caiga de forma alarmante, llegando a 42 hPa en solo un día. Aunque Irlanda será la más afectada, el frente frío que acompañará a esta borrasca podría llegar a España el domingo, dejando a su paso un clima especialmente inestable. Este evento podría marcar un antes y un después en la meteorología reciente.
Alertas meteorológicas: vientos y riesgos costeros
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha activado varias alertas ante lo que está por venir:
- Vientos intensos: Ráfagas de hasta 90 km/h podrían azotar el valle del Ebro, el sur de Valencia y algunas zonas de Cataluña entre martes y jueves. Se recomienda extremar la precaución, sobre todo en áreas más expuestas.
- Riesgos costeros: Las costas gallega y asturiana permanecen en aviso naranja debido a olas que podrían superar los 6 metros, combinadas con vientos de fuerza 8. En el Mediterráneo, aunque los efectos serán menores, también podrían registrarse incidencias.
Canarias también bajo la lupa
Mientras tanto, Canarias enfrenta su propio episodio de inestabilidad climática. Una borrasca situada en la región está provocando lluvias persistentes, especialmente en La Palma, donde los avisos amarillos por precipitaciones intensas estuvieron activos hasta el martes. Aunque la situación parece más controlada, no se descarta que empeore en los próximos días.
Estos dos fenómenos de ciclogénesis explosiva podrían convertirse en eventos memorables para la meteorología española. Las autoridades insisten en la importancia de mantenerse informado y de seguir las recomendaciones para minimizar los riesgos. En un contexto de cambio climático, lo extraordinario parece cada vez más cotidiano.
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