Del roscón sin relleno al turrón clásico, ordenar los postres por su aporte energético y vigilar las raciones puede marcar la diferencia para no arrastrar “kilos de más” en enero.
Con la llegada de la Navidad también se instala un clásico en muchas casas: la sensación de que estos días se come más y peor. Entre comidas familiares, bandejas en la oficina y sobremesas largas, los dulces navideños se convierten en una tentación constante que, si no se controla, puede pasar factura en la báscula.
Los dulces de Navidad y el reto de no ganar peso
Durante estas fechas es fácil encadenar excesos sin darse cuenta. No solo por la cantidad, sino por la frecuencia. Y es que, un trocito “sin importancia” después de comer, otro con el café, y un tercero mientras se prepara la cena puede traer remordimientos y sorpresas en la báscula. En este sentido, conocer qué postres tienen un menor aporte energético ayuda a elegir mejor.
Por este motivo, una buena estrategia no es “prohibirse” todo, sino priorizar opciones más ligeras, ajustar porciones y reservar los más contundentes para momentos puntuales.
Los detalles caloría a caloría de los dulces navideños más habituales
Entre los dulces tradicionales que menos afectan a la figura destaca el roscón de Reyes, siempre que sea sin nata ni otros rellenos. Por cada 100 gramos aporta 300 calorías, y una porción habitual puede rondar 150 calorías, una cifra moderada si se compara con otros clásicos de estas semanas.
En un escalón intermedio se sitúa el panettone, el popular pastel italiano, con 374 calorías por cada 100 gramos. A partir de ahí, el listado empieza a subir: las rosquillas fritas alcanzan 387 calorías por cada 100 gramos, un recordatorio de que la fritura suele disparar el valor calórico.
También conviene fijarse en versiones “más amables” de productos tradicionales. Un ejemplo es el polvorón hecho con harina integral y sin azúcar, que suma 430 calorías por cada 100 gramos (aproximadamente unos tres polvorones). Por detrás aparecen las galletas de mantequilla, con 475 calorías por cada 100 gramos, una cifra ya considerable para un bocado que suele repetirse varias veces al día.
Trucos sencillos para disfrutar sin excesos
Uno de los errores más comunes es confiarse con los frutos secos. Son saludables, sí, pero también hipercalóricos, así que la clave está en la moderación. Algo parecido sucede con la fruta escarchada. Esto se debe a su alto contenido en azúcar, que hace que sea mejor opción tomar fruta natural cuando apetece algo dulce y fresco.
En el tramo alto del ranking, aparecen las almendras garrapiñadas. Un dulce con 499 calorías por cada 100 gramos, y el mazapán, que llega a 503 calorías por cada 100 gramos. Aunque puede parecer “saludable” por ingredientes como miel, almendra, limón o canela, el problema actual es que no todo lo que se vende mantiene la receta artesanal: muchas marcas incrementan el azúcar y reducen la calidad del conjunto.
La trascendencia de preparar dulces caseros para una Navidad más saludable
En el “top” de los más contundentes están el turrón y los polvorones tradicionales. El turrón varía según el tipo, pero el que menos calorías suele aportar es el clásico blando de almendras, alrededor de 520 calorías por cada 100 gramos. Y atención especial a los mantecados, elaborados con manteca de cerdo y azúcar, una combinación que dispara la energía en cada porción.
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