Un empleado es despedido por pasar demasiado tiempo en el baño, desatando un debate sobre el control laboral y los derechos del trabajador.
La historia de un empleado alemán despedido por sus visitas prolongadas al baño, difundida por el medio suizo Blick, aviva la polémica sobre los límites del control empresarial y la salud en el trabajo. La carta de despido no ha podido verificarse de forma independiente, pero el revuelo está servido. El documento de la empresa sostiene que, “a pesar de las advertencias anteriores, se han producido repetidas pausas de baño injustificadamente largas durante las horas de trabajo”. Según el texto, el trabajador pasó 42, 46 y 48 minutos en el baño en tres días distintos de septiembre. ¿Exceso o necesidad fisiológica?
Qué dice la legislación laboral sobre las pausas de baño y el control horario
El caso ha encendido las redes, con comentarios de todo tipo, incluido el ya viral: “Llegas al trabajo arrastrándote con diarrea y luego te despiden porque pasas demasiado tiempo en el baño”. Más allá del ruido, expertos en Derecho Laboral señalan que, en Suiza y por extensión en Alemania, no existen límites concretos sobre la duración o la frecuencia de estas pausas. “Si un empleado necesita ir al baño, tiene derecho a hacerlo”, afirma Roger Rudolph, profesor de Derecho del Trabajo en la Universidad de Zúrich, citado por Blick.
No obstante, se abre la puerta a sanciones o incluso a un despido sumario si el empleador demuestra un uso abusivo del tiempo, por ejemplo, para actividades ajenas al trabajo. Aquí aparece la palabra clave: demostrar. La carga de la prueba, advierten los juristas, recae en la empresa.
Cómo afecta este despido a los derechos del trabajador y su salud
El debate se mueve entre dos ejes: la “obligación de trabajar” durante el horario pactado y el derecho a las pausas necesarias para la dignidad y la salud. ¿Dónde está la frontera? Para algunos internautas, el caso podría encajar en el llamado “robo de tiempo”. Otros piden cautela: si hubo motivos médicos, el despido inmediato carecería de base.
La controversia no es nueva. En Suiza, la empresa relojera Jean Singer et Cie obligaba a anotar la hora exacta de las pausas. En octubre de 2024, el Tribunal Cantonal de Neuchâtel avaló esa práctica siempre que se respetaran los derechos básicos del trabajador y las pausas previstas por convenio. Suena rígido, ¿verdad?, pero es el marco que hoy guía estas políticas.
Procedimiento y pruebas que debe aportar la empresa para justificar sanciones
Según el análisis citado, corresponde al empleador probar que hubo un uso indebido del tiempo laboral, por ejemplo, para leer o conectarse a redes sociales. En cambio, si las pausas se vinculan a razones médicas o fisiológicas, la sanción no debería prosperar. Por lo tanto, el caso pone el foco en la prueba: ¿qué control es legítimo y qué control invade la esfera personal? Seguidamente, se muestra un resumen comparado de lo que se desprende de los datos:
| País o contexto | Qué se aplica y en qué condiciones |
|---|---|
| Alemania (caso difundido) | Se invoca la “obligación de trabajar”, pero también el derecho a pausas necesarias. El despido solo sería defendible si se demuestra abuso del tiempo. |
| Suiza (resolución 2024) | Se permite registrar la hora de las pausas si se respetan derechos básicos y lo previsto en convenio. No hay límites concretos de duración o frecuencia. |
Como se ve, el equilibrio es frágil: control sí, pero con garantías; disciplina sí, pero sin vulnerar la salud.
Claves para entender dónde está la línea entre control y dignidad
La pregunta que queda flotando es simple y compleja a la vez: ¿cuánto es “demasiado” tiempo en el baño? Sin topes legales claros, cada caso depende del contexto, de la justificación y, sobre todo, de la capacidad del empleador para acreditar un abuso. De ahí que este episodio, reabra un debate necesario sobre cómo gestionar el tiempo en el trabajo sin perder de vista a la persona.
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