El trabajador entregó todas las cartas y paquetes en un solo día. El sindicato calificó la amonestación de “abusiva y absurda” y presentó una queja formal ante la empresa.
Un cartero de un pequeño pueblo esloveno estuvo a punto de perder su empleo por un motivo inesperado: repartir demasiado rápido. Según la normativa aplicable, los envíos deben entregarse en un máximo de tres días. Él lo hizo en uno. Correos de Eslovenia le advirtió de posible despido si no “utilizaba los días correspondientes”, mientras el sindicato reaccionó con una queja de oficio y un mensaje claro: la medida es desproporcionada.
Qué dice la ley sobre plazos de entrega y por qué importa ahora
El origen del conflicto está en los tiempos de reparto. Los propios empleados pidieron explicaciones y recordaron una frase clave: “La ley dice que debemos entregar todos los envíos en un máximo de tres días. Él los entregó en un día. Y por eso recibió una amonestación por despido”. ¿Puede un trabajador ser sancionado por rendir demasiado? La cuestión abre un debate sobre cómo se mide la productividad cuando el plazo legal es un máximo, no una obligación de agotar los días.
Además, la empresa remitió un aviso disciplinario por no seguir ese “ritmo” esperado. El sindicato lo consideró una reacción desmedida que, lejos de mejorar el servicio, crea incertidumbre entre la plantilla.
Cómo actuó Correos de Eslovenia y qué respondió el sindicato
Correos de Eslovenia negó cualquier acoso en su procedimiento y defendió su actuación por escrito. El sindicato, en cambio, tildó la decisión de “abusiva y absurda” y elevó la queja. Saso Grzinc fue rotundo: “Es absurdo que digan esto. Hasta hace poco, los carteros recibían advertencias si olvidaban cartas en la oficina. Comprobaban que no hubieras dejado nada en los cajones”.
El sindicato insistió en que “seguirán luchando” y reclamó también una reacción política. Por su parte, la empresa defendió su imagen y el cumplimiento de sus procesos internos. ¿Tiene sentido diferenciar por días cuando el servicio llega antes? Esa es la pregunta que muchos trabajadores se hacen hoy.
Por qué mezclar correo ordinario y prioritario ha generado tanto conflicto
Finalmente, se supo que el cartero repartía el correo ordinario y el prioritario al mismo tiempo. Esto alarmó a la institución por el mayor coste del envío prioritario respecto al ordinario. El sindicato fue más allá: advirtió de posibles retrasos intencionados de algunos envíos para justificar una tarifa superior. En el intercambio de escritos, al trabajador le señalaron que había causado daños a la empresa y que “no respetaba la buena reputación de la institución”. Antes de cerrar, conviene visualizar la diferencia entre tipos de envío que está en el centro de la disputa:
| Tipo de envío | Plazo legal máximo | Coste relativo |
|---|---|---|
| Ordinario | Hasta tres días | Menor |
| Prioritario | Hasta tres días | Mayor |
Como se ve, ambos comparten el mismo tope temporal, pero el prioritario tiene un coste más alto. De ahí la polémica por hacerlos coincidir en una única ruta de reparto.
En conclusión, el caso trasciende a un pueblo esloveno: plantea cómo equilibrar productividad, reglas internas y expectativas de servicio. Esto quiere decir que no solo se discute un aviso disciplinario, sino el modelo de reparto y su lógica económica. Y, por supuesto, la reputación de la empresa, elemento esgrimido para justificar la amonestación.
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