Un rincón poco conocido de Jaén guarda un legado milenario al aire libre que sorprende a quienes lo descubren.
En el interior de la provincia de Jaén hay un rincón a cielo abierto, expuesto al sol y al paso del tiempo, que muchos viajeros todavía pasan por alto. No hay bóvedas ni galerías; hay un relato ancestral grabado en la roca que sigue sorprendiéndonos. Entre los montes de Sierra Morena, en el municipio de Aldeaquemada y junto al Paraje Natural de la Cascada de la Cimbarra, se conservan pinturas rupestres con más de seis mil años. Cimbarrillo de María Antonia y Tabla del Pochico figuran como Patrimonio de la Humanidad desde 1998.
Dónde está este museo al aire libre en Sierra Morena, Jaén, y por qué merece la visita
El conjunto se sitúa en Aldeaquemada, al norte de Jaén, entre crestones de cuarcitas y senderos que se elevan en el valle del Guarrizas. Muy cerca late la Cascada de la Cimbarra, un paisaje donde piedra y agua se funden. ¿Buscas una escapada diferente? Aquí la historia se encuentra a pie de camino. Para ubicar las claves del enclave de forma rápida, este resumen ayuda:
| Dato | Información |
|---|---|
| Localización | Sierra Morena, norte de Jaén (Aldeaquemada) |
| Entorno cercano | Paraje Natural de la Cascada de la Cimbarra |
| Elementos rupestres | Cimbarrillo de María Antonia y Tabla del Pochico |
| Reconocimiento | Patrimonio de la Humanidad por la Unesco |
| Año de reconocimiento | 1998 |
| Antigüedad aproximada | Más de seis mil años |
| Características | Pinturas al aire libre, trazos rojizos y figuras superpuestas |
Por tanto, no hablamos de una cueva monumental, sino de un espacio abierto que resume milenios de ocupación humana.
El arte rupestre del Cimbarrillo de María Antonia y Tabla del Pochico, Patrimonio de la Humanidad
Las pinturas se distribuyen a lo largo de varias zonas rocosas totalmente expuestas al exterior. A pesar de la falta de protección y del desgaste causado por las lluvias, aún se distinguen figuras superpuestas con trazos en tonos rojizos. Su valor radica en la autenticidad y en el diálogo directo con el paisaje. ¿Qué puede observar el visitante con calma y respeto? De ahí que convenga fijarse en lo esencial:
- Escenas de caza que evocan modos de vida neolíticos.
- Figuras humanas y símbolos que narran creencias y rutinas.
- Trazos rojizos aún apreciables pese a la erosión del tiempo.
- Distribución en varias rocas, completamente a cielo abierto.
- Superposiciones que muestran distintas fases y manos artísticas.
En consecuencia, el conjunto funciona como un museo sin paredes, donde la lectura del terreno es parte de la experiencia.
Historia de las investigaciones desde 1915 y custodia actual del Ayuntamiento de Aldeaquemada
Las primeras investigaciones datan de 1915, cuando el arqueólogo Juan Cabré documentó el hallazgo e incorporó estas manifestaciones a sus estudios sobre el arte rupestre español. Décadas después, especialistas como Lia Dams continuaron el análisis y subrayaron su relevancia científica.
En la actualidad, el Ayuntamiento de Aldeaquemada custodia el acceso y conserva el lugar. Es, en suma, un enclave que da testimonio del paso de civilizaciones antiguas y que, sin hacer ruido, ha llegado hasta hoy. ¿A quién no le apetece descubrir un secreto así? Jaén guarda tesoros discretos; este es uno de ellos.
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