Los presos de las cárceles ubicadas en Andalucía, y en general en cualquier penitenciaría española, que aprovechan su estancia en prisión para desarrollar una actividad laboral, tienen derecho a percibir un salario. Por lo tanto, además de mantenerse ocupados y llenar el tiempo libre mientras se encuentran en situación de privación de libertad, pueden ganarse un sueldo. Además, es una buena oportunidad de adquirir experiencia laboral, de cara a encontrar un empleo que favorezca su futura reinserción en la sociedad. También, no hay que dejar de lado que, tener un trabajo en prisión, en algunos casos, puede suponer un punto a favor a la hora de solicitar la libertad condicional.
La nómina de un preso en España está muy por debajo del SMI
En la actualidad, la retribución salarial de un preso de una cárcel de España, dista mucho del salario mínimo profesional vigente. En ese aspecto, hay que tener en cuenta, que el SMI en 2024, para catorce pagas, es de 1.134 euros al mes. Sin embargo, los reclusos de las prisiones españolas suelen cobrar por horas. En concreto, en torno a 3,20 € o 4,50 euros cada una. Esto supone un sueldo al mes que oscila entre los 200 y los 300 euros como máximo.
Por otra parte, aunque a priori pueda parecer poco, hay que considerar que en prisión tienen el alojamiento y la comida cubiertos, por lo que el salario resulta suficiente para sus gastos. No obstante, lo interesante de realizar una ocupación laboral mientras se están en prisión, es que, tal y como hemos comenzado al comienzo, va a valorarse de forma muy positiva a la hora obtener la libertad condicional o conseguir otro tipo de beneficios penitenciarios.
Estos son los trabajos que llevan a cabo los presos en las cárceles españolas
En 2024, según datos facilitados por Instituciones Penitenciarias, de los 55.000 presos que hay en las cárceles españolas, solo hay 11.375 que han realizado una actividad laboral en este último año. En ese aspecto, los trabajo que suelen llevar a cabo los reclusos están las tareas relacionadas con el mantenimiento básico del propio centro penitenciario. Por ejemplo, reparto de comidas, lavandería o limpieza de zonas comunes.
Sin embargo, por otra parte, también existen talleres de manipulado de todo tipo de artículos, también relacionados con la producción textil o la fabricación de muebles. Asimismo, es muy frecuente que algunas empresas privadas busquen en las cárceles mano de obra barata y con escasa cualificación profesional para desarrollar ese tipo de tareas. Además, dichas situaciones suelen están reguladas con convenios públicos que se firman con el Estado.
No obstante, hay que poner de manifiesto que, numerosas organizaciones, como es el caso de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, han denunciado que en, muchas ocasiones, no se garantizan los derechos laborales básicos de los reclusos en las cárceles españolas, ya que reciben una retribución salarial insuficiente a pesar de las horas de trabajo realizadas por dicho colectivo.
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