Así funciona el peculiar sistema español de transmisión de apellidos de padres a hijos que evita confusiones en el Registro Civil

La Ley 20/2011 del Registro Civil permite a los padres decidir el orden de los apellidos, aunque la mayoría mantiene la fórmula tradicional. Un sistema con raíces históricas que, frente a otros países, sigue sorprendiendo por su claridad.

El modelo español, consolidado a finales del siglo XIX, puso fin a una larga etapa de desorden heredada de la Edad Media. En pocas palabras: lo habitual es que los hijos lleven primero el apellido del padre y como segundo el de la madre, mientras la madre conserva los suyos tras el matrimonio. ¿Por qué sigue funcionando tan bien? Por su lógica y continuidad familiar.

Quién decide el orden de los apellidos y cómo se aplica hoy en España

La Ley 20/2011, de 21 de julio, del Registro Civil, concede a los progenitores cierta libertad para elegir el orden de los apellidos que transmitirán a los hijos. No obstante, en la práctica la mayoría de las familias mantiene la pauta tradicional: primero el del padre, después el de la madre. Así se garantiza una identificación clara y estable. Estas son las principales claves para entender el sistema español:

  • Predomina el orden padre–madre en el nombre de los hijos.
  • La madre no pierde sus apellidos al casarse y transmite el primero.
  • La normativa vigente permite acordar el orden de transmisión.
  • La costumbre social mantiene el esquema consolidado durante décadas.

Por lo tanto, elegir no tiene pérdida: hay margen de decisión, pero la tradición pesa.

De dónde viene el sistema de apellidos español y por qué se consolidó históricamente

El antecedente remoto se encuentra en la antigua Roma, donde se empleaban praenomen, nomen y cognomen para identificar a las personas. Con la caída del Imperio y la influencia germánica, el esquema se difuminó. Ya en la Baja Edad Media, el auge urbano y la organización feudal impulsaron la adopción de apellidos, respondiendo a oficios, lugares, religión o linajes.

En consecuencia, durante siglos convivieron criterios diversos. Desde el siglo XVI, en buena parte de Castilla se usó una fórmula parecida a la actual, pero sin un marco único. De ahí que, en 1871, en plena ola de reformas liberales, se instaurara el Registro Civil y se ordenara el sistema definitivamente.

Qué papel tiene el Registro Civil y qué ocurre desde 1871 con los apellidos

La creación del Registro Civil en 1871 supuso la adopción del modelo que ha llegado a nuestros días. Ese paso fue decisivo para cerrar la etapa de disparidades y fijar reglas claras de identificación. Posteriormente, la Ley 20/2011 actualizó el marco, permitiendo a los padres decidir el orden, sin alterar la esencia de la doble filiación. Además, este esquema facilita trámites y evita confusiones administrativas, algo clave en la vida diaria y en cualquier gestión pública.

Para entender su singularidad, conviene mirar alrededor. ¿Cómo se hace en otros países? A grandes rasgos, así encaja España frente a modelos cercanos:

País o ámbitoRasgos principales del sistema de apellidos
EspañaDos apellidos; lo habitual es padre–madre; la madre conserva los suyos; la ley permite decidir el orden.
Países anglosajonesSuele adoptarse el apellido del marido tras el matrimonio; es el que se transmite a los hijos.
PortugalOrden similar, pero invertido: primero el de la madre y segundo el del padre; se transmite a los hijos el del padre; muchas mujeres añaden el del marido sin perder el propio.

Por consiguiente, España comparte raíces con Portugal, aunque con matices relevantes, y se distancia de la práctica anglosajona basada en un único apellido familiar.

Tipos de apellidos que surgieron en la Edad Media y su significado social

En la Edad Media cristalizaron los tipos más frecuentes: patronímicos, como González (hijo de Gonzalo); apellidos de oficio, como Herrero o Zapatero; referencias religiosas; topónimos, gentilicios y menciones a accidentes geográficos. También perviven apellidos de origen árabe u otras procedencias, adaptados con el tiempo.

Esto quiere decir que el apellido no es solo una etiqueta: cuenta oficios, lugares y ascendencias. ¿Quién no ha rastreado alguna vez su historia familiar a partir del apellido? Conoce más noticias sobre trámites y gestiones administrativas en nuestro periódico digital de la comunidad autónoma de Andalucía.

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