Juan José, mecánico de Talleres Benezer, pone el foco en la suspensión y explica cómo evitar golpes en los resaltos con una maniobra suave.
Desde las redes sociales de @TalleresBenezer, el mecánico Juan José ha compartido recomendaciones para sobrepasar los badenes sin poner en riesgo el vehículo. Según insiste, la suspensión es el elemento que más sufre al pasar por estos elementos viales. Y resume su receta en una idea sencilla: “El único consejo para coger los badenes y que no se te parta el coche es reducir y acelerar de forma progresiva”.
Consejos del mecánico para pasar badenes sin dañar la suspensión del coche
El impacto de un badén depende de su altura y del propio tamaño del vehículo. Lo que realmente trabaja es la subida y bajada de la suspensión, con brazos y amortiguadores absorbiendo la irregularidad. Frenar justo antes y volver a acelerar inmediatamente después carga a la vez el motor y la suspensión; por tanto, cuanto más suave sea la transición, menos castigo recibirán los componentes.
¿Y si el resalto es especialmente alto? Juan José aclara que la mayoría de badenes homologados, los de plástico atornillado, cumplen límites pensados para no provocar daños en coches en buen estado. El problema aparece cuando se frena de golpe encima: ahí pueden rozar o golpear las partes bajas. Ojo con esas maniobras intempestivas.
Procedimiento paso a paso para coger un badén reduciendo y acelerando progresivamente
La clave está en anticipar, suavizar y no frenar encima del resalto. ¿Cómo hacerlo en la práctica?
- Detecta el badén con antelación y levanta el pie del acelerador con margen.
- Reduce la velocidad de forma progresiva, sin frenazos; deja que el coche asiente la suspensión.
- En el punto alto, mantén una velocidad constante y suave; evita frenar justo sobre el badén.
- Tras superarlo, vuelve a acelerar de manera progresiva para recuperar la marcha sin tirones.
Como resume el propio experto: “Si estás viendo el badén a cincuenta metros, ve desacelerando poquito a poco para que el coche no tenga una inclinación fuerte ni desgaste en pastilla ni nada”. Dicho rápido: suavidad al entrar y suavidad al salir.
Qué piezas sufren con los resaltos y por qué conviene evitar frenazos bruscos
La compresión y el estiramiento de la suspensión se producen justo al pasar el resalto, pero también en la conducción diaria con acelerones, frenazos o al subir bordillos. De ahí que convenga mimar brazos, amortiguadores y otros elementos con una conducción fina. Si golpeas fuerte, además del desgaste, puedes provocar roces en bajos y protectores. ¿Para qué arriesgar por dos segundos? A modo de guía rápida, así se comporta el coche según la maniobra:
Maniobra | Efecto sobre la suspensión | Riesgo para partes bajas |
---|---|---|
Suavizar entrada y salida (reducción y aceleración progresiva) | Compresión y extensión controladas; trabajo dentro de lo normal | Mínimo en vehículo en buen estado |
Frenar fuerte justo antes y acelerar brusco después | Picos de carga en amortiguadores y brazos | Medio-alto por cabeceo |
Frenar encima del resalto | Compresión súbita y desequilibrio | Alto: posibilidad de roce o golpe |
En resumen, coger el badén “de forma muy suave” y luego recuperar la marcha evita esfuerzos innecesarios y alarga la vida de la suspensión. No te líes: anticipa, suaviza y sal con mimo. Conoce más novedades del mundo del motor en nuestro periódico digital.