Los trabajadores de 50 a 64 años sufren una tasa de paro del 9,96 % y ya suman 812.500 personas sin empleo, un problema que amenaza la sostenibilidad de las pensiones.
El número de parados mayores de 50 años no deja de crecer y, lejos de ser anecdótico, ya casi duplica al de los jóvenes. Mientras los discursos oficiales piden retrasar la jubilación para equilibrar la Seguridad Social, miles de seniors siguen fuera del mercado laboral sin una segunda oportunidad.
Por qué la elevada tasa de paro de los mayores de 50 compromete las pensiones públicas españolas
La estrategia de retrasar la jubilación anticipada tiene un agujero evidente: tres de cada cuatro españoles de entre 50 y 64 años quieren o necesitan trabajar, pero uno de cada diez no encuentra empleo. Este colectivo aporta hoy el 34 % de la población activa y, además, ha visto cómo su tasa de actividad subía 21 puntos en dos décadas. ¿El resultado? Más cotizantes potenciales, pero también más personas cobrando prestaciones antes de tiempo.
Por si fuera poco, España registra la tasa de paro senior más alta de la Unión Europea y la que más ha escalado desde 2005, del 6,8 % al 9,9 %. Esa escalada no se debe a la inactividad, sino a que los despidos y las salidas pactadas afectan sobre todo a los trabajadores veteranos, muy presentes en sectores como banca, industria o grandes tecnológicas. Estos son los principales efectos del desempleo senior:
- Congela la cotización de un colectivo clave para financiar el sistema de pensiones.
- Alienta jubilaciones anticipadas que elevan el gasto en la Seguridad Social.
- Resta dinamismo salarial y dificulta el relevo generacional dentro de las empresas.
- Incrementa la presión sobre las cuentas públicas mediante subsidios y prestaciones.
Los datos son tozudos y plantean una pregunta obligada: ¿cómo sostener las pensiones si quienes deberían cotizar más años terminan expulsados del mercado de trabajo?
Datos clave que revelan cómo ha evolucionado el desempleo senior en los últimos veinte años
Antes de profundizar en posibles soluciones, conviene revisar las cifras que explican esta realidad.
Indicador | 2005 | 2025* |
---|---|---|
Parados 50‑64 años | 263.200 | 812.500 |
Parados <25 años | 535.700 | 451.000 |
Tasa paro 50‑64 (%) | 6,8 | 9,9 |
Tasa paro <25 (%) | n/d | 26,1 |
Población activa 50‑64 (mill.) | 3,8 | 8,1 |
*2025: último dato disponible.
Como se observa, el paro senior se ha triplicado en términos absolutos, pasando de representar menos de la mitad de los jóvenes desempleados a estar cerca del doble. Al mismo tiempo, el número de activos entre 50 y 64 años se ha disparado, de ahí que el problema no sea la falta de voluntad, sino la ausencia de ofertas adaptadas a este segmento.
Medidas que se plantean para reenganchar a los trabajadores de más edad al mercado laboral
La cuestión ya está sobre la mesa de Gobierno, sindicatos y empresas. Se habla de restringir prejubilaciones, incentivar contratos para mayores de 55 y potenciar la recualificación continua. Sin embargo, el verdadero reto es abrir vacantes reales en sectores de valor añadido, no solo en servicios de baja cualificación vinculados al turismo.
Entre las propuestas en debate figuran bonificaciones de cuotas a empresas que contraten seniors, programas de mentoring inverso, donde la experiencia del veterano se combina con habilidades digitales de los jóvenes, y mejoras en la compatibilidad entre salario y pensión para quienes prolonguen su vida laboral.
Por otro lado, el Servicio Público de Empleo (SEPE) ya contabiliza 1,14 millones de parados registrados mayores de 50 años, casi la mitad de los inscritos. Con semejante volumen, resulta imprescindible reforzar las políticas activas de empleo específicas, algo que hasta ahora se ha quedado corto. ¿Llegarán a tiempo las reformas?
Cerrar la brecha no es solo cuestión de justicia social. También lo exigen las matemáticas de la Seguridad Social: cada trabajador senior que recupera un empleo reduce en paralelo el gasto en prestaciones y aumenta la recaudación por cotizaciones. De ahí que expertos coincidan en que la batalla de las pensiones pasa, en buena medida, por ganar la guerra contra el paro senior. Conoce otras noticias del mundo laboral en nuestra sección de empleo.
Los acuerdos de prejubilación deberían de estar prohibidos, son la herramienta que utilizan las empresas para despedir al colectivo senior, no importa la experiencia ni el grado de desempeño se trata tan solo de renovar plantilla a un coste inferior, deberían incentivar a las empresas para mantener a este colectivo y evitar lamentables situaciones donde bajo el paraguas de un falso acuerdo el trabador tiene que elegir entre susto o muerte, o un acuerdo que le llevará de forma precaria a la jubilación o un despido improcedente que le dejarán aún en peor situación. Los mayores expulsados del mercado de trabajo se ven abocados al fracaso con graves daños psicológicos, la imposibilidad de encontrar un nuevo trabajo termina destrozando a trabajadores con largas carreras profesionales.
Creo que se debería bonificar por sistema la cotización de los mayores de 50, aunque paralelamente fuera necesario subir el IVA u otros impuestos.
También se debe restringir la inmigración hasta que todos estos senior tengan empleo.
El colectivo senior es muy caro para las empresas ya que.no se deja explotar. Sus capacidades tanto por formacion (adquirida en años de aprendizaje y formación continua como experiencia) no son valoradas y se prefiere talento joven pero barato, aunque sea menos productivo.
Si se bonificaran sustancialmente las contrataciones senior cambiaría mucho la tendencia.
En mi caso con 56 años tuve que presentarme a una plaza de funcionario interino y con 62 conseguir aprobar la oposición ( creo seré el funcionario de la AGE en aprobar una oposición A1 con mayor edad). La empresa privada desprecia la experiencia y conocimiento de los mayores de 50. Me siento identificado con este artículo y mando mucho ánimo a todos los senior.
Yo pertenezco a este colectivo y me identifico plenamente. Con 62 años tuve que hacer las maletas y marcharme a 7000 km de España. Nuestros ilustres políticos no conocen esta realidad social. Gracias x el artículo y poner nuestras voces